Maravillas naturales argentinas

He aquí el listado de postales que deberían estar en el álbum de cualquier turista que decida recorrer el infinito territorio argentino:

1. Una de las siete maravillas naturales del mundo en la Ruta de la Selva Misionera

Dicen que visitar las Cataratas del Iguazú en Misiones al menos una vez en la vida debería ser un mandato en cualquier biblia viajera. Y retratarlas, el siguiente, si bien es todo un desafío condensar en una sola imagen la fuerza de la que se considera una de las siete maravillas naturales del mundo, solo comprensible una vez frente a frente de la imponente caída de agua. En cuanto al momento ideal del día para capturar su esencia, depende de los gustos del viajero. En la mañana, al haber menos movimiento y debido a los horarios que acostumbra la fauna, se pueden avistar más animales. Por la tarde, en cambio, los rayos de sol dan pie a la formación de un sinfín de colores sobre el agua. Ese instante mágico en el que los arcoíris tiñen la postal.

Cataratas del Iguazú, una de las siete maravillas naturales del mundo, en la Ruta de la Selva Misionera (Foto: Inprotur – Visit Argentina)

2. El Glaciar Perito Moreno y el Fitz Roy en la Ruta de la Patagonia Austral

Santa Cruz le regala a cientos de turistas una de las vistas más impactantes del continente americano: el Glaciar Perito Moreno, el tercer manto glaciar más grande del planeta después de los polos. Es tan alucinante que la UNESCO lo incluyó en el destacado grupo de Patrimonios de la Humanidad (léase: lugares en la Tierra de valor universal y excepcional). Este gigante macizo de agua helada no solo se puede divisar, sino que, equipados con crampones, los turistas pueden practicar el trekking sobre hielo y culminar el recorrido con un reconfortante trago de whisky. Y, si se pisa territorio santacruceño, específicamente Chaltén, un retrato sin duda inolvidable en combinación con los picos irregulares del Monte Fitz Roy con el color esmeralda de la Laguna de los Tres.

3. Seguidilla de lagos en la Ruta de la Patagonia Andina

Para muchos, Patagonia, en el extenso extremo austral de Sudamérica, es el paraíso en la tierra y, para otros, el paraje ideal para encontrar paz y tranquilidad. Pero para los amantes de la fotografía, el motivo para disparar sin parar a los cientos de espejos de agua que se disfrazan de lagos. La mítica ruta 40 argentina atraviesa tres provincias – Neuquén, Río Negro y Chubut – y todas se prestan para la búsqueda del tesoro de panorámicas únicas.

4. Icebergs, islas, témpanos, fiordos, glaciares en la Ruta del Continente Blanco

La aventura en el frío es una de las figuritas más difíciles del álbum coleccionista viajero: La Antártida, el territorio menos explorado del planeta y único continente que no tiene población nativa ni permanente, solo visitantes temporales; pero Argentina tiene su puerta de entrada y luego de una embarcación de 11 días desde el Fin del Mundo, son innumerables las oportunidades fotográficas para captar la inmensidad de sus paisajes. Esto sin contar que se pueden avistar ballenas, lobos marinos, focas y pingüinos.

5. Océano de piedra en el Campo Piedra Pómez en la Ruta de la Puna

Parece un paraje de un lejano planeta. Se trata de un paisaje en la región noroeste de Catamarca, caracterizado por la extensa acumulación de piedra pómez, que luego de milenios de procesos de erosión, adquirió la morfología que hoy presenta, resultando en una de las mejores obras de la naturaleza de increíbles esculturas blancas, grises y rojizas.

Cerro El Chaltén, gigante macizo de agua helada ideal para combinar el trekking con la fotografía (Foto: Inprotur – Visit Argentina)

6. Los Esteros de Iberá en la Ruta del Iberá

Uno de los humedales más grandes del mundo. Otra estadística más que convincente para viajar y gastar el lente fotografiando atardeceres memorables, navegar por abundantes aguas, hallar alguna de las 350 especies de aves de la zona y convivir por unas horas con la fauna más impactante del país.

7. El rojo del Parque Nacional Talampaya en la Ruta de los Desiertos y Volcanes

El Parque Nacional Talampaya, declarado por la Unesco Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad en América, está ubicado en la provincia de La Rioja. Este gigante de acantilados naranja y enormes paredones rojizos es uno de los lugares más increíbles y hermosos del país. En su suelo, al parecer, habitaron dinosaurios hace 180 millones de años. Historia, naturaleza y un viaje en el tiempo digno de rememorar plasmado en la fotografía.

8. Palmeras milenarias en la Ruta del Litoral y los grandes Ríos

El Parque Nacional El Palmar en Entre Ríos, como su nombre lo indica, es un bosque de palmeras único en el mundo. Son de la especie Yatay que escasea en otros escenarios globales. El dibujo natural que se forma a los pies del río Uruguay es otro recuerdo a ser inmortalizado en una imagen. La mejor época del año para visitarlo es la primavera, porque la temperatura es clave para acampar bajo la luz de la luna.

9. Los jacarandás porteños en la Ruta de las Llanuras y la Costa Atlántica

En el barrio de Palermo, Recoleta y Belgrano, los meses de noviembre y diciembre reciben la primavera con el florecimiento de 11.000 jacarandás que tiñen de lila y romanticismo cualquier imagen en la que hayan sido captados. El Rosedal en Palermo o la Reserva Ecológica en Puerto Madero, son otros dos lugares de flores y paz.

10. El cielo estrellado del PN el Leoncito en la Ruta de los Altos Andes

El Parque Nacional el Leoncito se ha convertido en uno de los sitios favoritos de los fanáticos de los astros, porque sus cielos no tienen contaminación lumínica, lo que permite una extraordinaria visibilidad de estrellas en la oscura noche de San Juan. Ahora bien, lograr una buena postal de un cielo estrellado es, por lo menos, desafiante. En este caso, mejor utilizar cámara que móvil con diafragma bien abierto y que no haya ninguna luz externa, salvo la del cielo.

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