Zelenski y el canciller ruso se cruzan por el derecho al veto en el Consejo de Seguridad de la ONU

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó hoy a que el Consejo de Seguridad de la ONU le retire el derecho al veto a Rusia, al asegurar que eso mantiene paralizado al organismo de cara a terminar con una «guerra criminal», y el canciller ruso, Serguei Lavrov, le respondió más tarde que se trata de un instrumento jurídico «legítimo» que ostentan los cinco miembros permanentes.

«Nada ha cambiado para Rusia en Naciones Unidas. La ONU se encuentra en un callejón sin salida. La humanidad no mira a Naciones Unidas con esperanza en cuanto a la defensa de las fronteras soberanas», dijo Zelenski en Naciones Unidas, y sostuvo que los Estados se centraron en las «retóricas» en vez de en las soluciones.

A su turno, Lavrov, que fue en reemplazo del presidente Vladimir Putin, respondió que el derecho de veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU es un instrumento jurídico «legítimo» que ostentan los cinco miembros permanentes de esta instancia.

«El recurso del derecho de veto es una herramienta legítima estipulada en la Carta de Naciones Unidas», dijo el jefe de la diplomacia rusa, informó la agencia de noticias AFP.

Previamente, el presidente ucraniano afirmó que Rusia ocupa «ilegalmente» su escaño en el organismo y sostuvo que «el privilegio otorgado al agresor es lo que ha llevado a Naciones Unidas a la parálisis».

Ataviado con el tradicional uniforme militar, Zelenski se sentó por primera vez desde la invasión de febrero de 2022 en la misma sala de la ONU que el representante ruso, que mostró más interés por su teléfono.

El jefe de Estado ucraniano urgió a la ONU a que despoje a Rusia de su poder de veto en el Consejo de Seguridad, calificándolo de reforma vital que también incluiría una mayor representación del mundo en desarrollo e instó a que los debates sobre la reforma del organismo se traduzcan en un «proceso viable» de cambio.

«El poder de veto en manos del agresor es lo que ha llevado a la ONU a un punto muerto», aseguró Zelenski.

El presidente ucraniano también ha recordado que «Rusia no va a ceder este privilegio de forma voluntaria», por lo que Naciones Unidas debería de «superar el veto» como «primer paso necesario» para hacer cumplir las resoluciones que lleven a la paz a Ucrania.

«Es imposible detener la guerra porque todos los esfuerzos son vetados por el agresor o por aquellos que aprueban al agresor», afirmó.

Zelenski repitió la postura ucraniana de que el poder de veto pertenecía a la antigua Unión Soviética -uno de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, tras la cual nació la ONU- y no a la Rusia de Putin.

«Por desgracia, este asiento en el Consejo de Seguridad, que Rusia ocupa ilegalmente mediante manipulaciones entre bastidores tras el colapso de la Unión Soviética, ha sido ocupado por mentirosos cuyo trabajo consiste en encubrir la agresión y el genocidio», declaró Zelenski.

Finalmente, el líder ucraniano criticó la composición de los miembros permanentes, y aseguró que hubo cambios en las últimas décadas y que los países africanos, asiáticos, así como de la región del Pacífico tendrían que estar representados en el organismo.

Antes de que Zelenski tomara la palabra, la sesión comenzó tensa, ya que Rusia cuestionó que le dejaran hablar en primer lugar, decisión que tomó Edi Rama, primer ministro de Albania, que ostenta la presidencia temporal del Consejo de Seguridad.

El embajador ruso, Vassily Nebenzia, que pidió la palabra en repetidas ocasiones, dijo a Rama que dejar que Zelenski compareciera en primer lugar corría el riesgo de «socavar la autoridad del Consejo de Seguridad» y convertirlo en «un monólogo unipersonal».

Rama respondió con calma, pero con creciente enfado al enviado ruso: «Aquí hay una solución: usted detiene la guerra y el presidente Zelenski no tomará la palabra».

El secretario general, António Guterres, que abrió la sesión, criticó duramente al Kremlin.

«La invasión rusa de Ucrania, en clara violación de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional, está agravando las tensiones y divisiones geopolíticas, amenazando la estabilidad regional, aumentando la amenaza nuclear y creando profundas fisuras en nuestro mundo cada vez más multipolar», dijo Guterres.

En otro momento de su disertación, Zelenski dijo que las deportaciones de niños ucranianos a Rusia -que desencadenaron la orden de detención contra Putin por parte de la Corte Penal Internacional- son un «genocidio».

El mandatario ucraniano dijo también que Rusia utiliza los alimentos y la energía como «arma», ya que se retiró del acuerdo respaldado por la ONU que permitía a Ucrania exportar cereales de forma segura a través del Mar Negro.

El discurso fue recibido con aplausos encabezados por las naciones occidentales, pero muchos asientos vacíos en otros lugares.

Algunos países en desarrollo criticaron la atención prestada a Ucrania, que recibió unos 43.000 millones de dólares en ayuda militar sólo de Estados Unidos.

«Es una grave acusación a esta comunidad internacional que podamos gastar tanto en la guerra, pero no podamos apoyar medidas que deben tomarse para satisfacer las necesidades más básicas de miles de millones de personas», dijo ayer el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa.

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