A 18 años de la desaparición de Fernanda Aguirre, su familia sigue la búsqueda con esperanza

Mario Anscieviu, tío de Fernanda Aguirre, la adolescente de 13 años secuestrada en 2004 en la localidad entrerriana de San Benito y cuyo cadáver nunca fue hallado, dijo hoy, al cumplirse 18 años de su desaparición, que continúa la búsqueda «con esperanza» y a pesar de que la Justicia «parece que dejó todo atrás».

«Nos gustaría que aparezca y saber que le pasó. Solamente nos queda esa esperanza: saber lo que le pasó», indicó el hombre en diálogo con Télam.

El tío de Fernanda sostuvo que la causa judicial «ya no avanza», que «parece que la Justicia dejó todo atrás» y, en ese sentido, remarcó: «No es solo en este caso, es en todos.»

Mario contó que la búsqueda sigue para que su cuñada «descanse en paz, porque ninguna madre merece esto».

El hombre pidió que también que «todo aquel que pueda aportar algo, de alguna manera u otra» acerque esos datos y agradeció a la sociedad que «acompañó con marchas, misas y siempre está recordando»

Según Mario, la familia de Fernanda sigue «mal» por el «solo hecho de ya no tenerla» consigo.

«No quiero que haya otra Fernanda más y hay muchas criaturas que corren ese riesgo», concluyó el hombre.

Fernanda fue vista por última vez cerca de las 16 del 25 de julio de 2004, cuando la secuestraron mientras caminaba desde su casa al puesto de venta de flores que la familia tenía frente al cementerio de San Benito, a unos 11 kilómetros de Paraná, la capital de Entre Ríos.

El principal sospechoso, Miguel Ángel Lencina, fue detenido días después del hecho, ocurrido mientras él gozaba de una salida laboral de la cárcel de Concepción del Uruguay, donde purgaba una pena por el asesinato de una mujer.

El 6 de agosto de ese año, pocos días después de ser detenido, Lencina apareció ahorcado en la celda de la comisaría 5ta. de Paraná, donde permanecía alojado.

Por su parte, la viuda de Lencina, Mirta Chávez, fue condenada en 2007 a 17 años de cárcel por haberse comunicado telefónicamente con la familia Aguirre para pedir un rescate de 2.000 pesos.

Durante el juicio, la mujer aseguró desconocer qué había hecho su marido con la adolescente, lo que hasta hoy no pudieron determinar los investigadores.

En 2014, Chávez quedó en libertad condicional por la aplicación de la ley que prevé la reducción de la pena para quien curse estudios mientras se encuentra detenido.

En tanto, María Inés Cabrol, la madre de la víctima, recorrió varias provincias y países en busca de su hija ante la posibilidad de que Fernanda haya sido captada por una red de trata, pero esta hipótesis no fue acreditada por la Justicia.

El 11 de mayo de 2010, la mujer murió a los 45 años, en una clínica porteña a raíz de enfermedad terminal y sus restos fueron cremados en un cementerio privado de San Benito, donde residía con su familia.

«En cada cara de chica que veo, busco a mi hija», dijo la mujer en su última declaración a la prensa y aseguró que el caso «marcó un antes y un después en el tema de la trata porque se tomó más conciencia del tema».

En marzo de 2019, Fernanda fue citada a declarar «para estar a derecho», por la jueza de Familia de Paraná María Eleonora Murga, en una formalidad del juicio que inició su padre, Julio Domingo Aguirre, con el fin de proteger sus bienes y derechos.

A su vez, en enero de este año la Justicia ordenó excavar un terreno en la zona este de San Benito, pero el resultado fue negativo tras inspeccionar, rastrillar y cavar un pozo de 20 metros de diámetro por casi uno de profundidad.

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