Solamente esta semana, la Policía Nacional de El Salvador arrestó a 6.000 pandilleros maras, ante rumores de una nueva ola de crímenes.
El presidente Nayib Bukele ha librado una guerra sin cuartel contra el crimen organizado, principalmente contra las sanguinarias pandillas de los maras, responsables de olas de crimenes como violaciones en manada, narcotráfico, extorsión de políticos, secuestro, robos, y asesinatos por encargo.
Tras un arresto masivo de maras el año pasado, ahora el mandatario lanzó otra orden de arrestar a estos pandilleros, ante los rumores que harían una ola de crímenes “en protesta” por los miles de maras que están siendo “maltratados” en las cárceles salvadoreñas. Pero Bukele no se achicó y redobló la apuesta.
“Si desatan una ola de criminalidad, nosotros les quitamos la comida en las cárceles. Mejor estense tranquilos y déjense arrestar, por lo menos allá adentro van a vivir y van a tener comida”, dijo Bukele durante un acto de graduación de un nuevo contingente de policías y soldados esta semana. Bukele manifestó que “andan rumores que quieren empezar a vengarse de la gente honrada al azar, hagan eso y no va a haber un tiempo de comida en las cárceles. Les juro por Dios que no comen un arroz y vamos a ver cuánto duran”.
Ya el año pasado, Bukele había decretado una reforma de las cárceles, donde se aplicaron medidas cuestionadas por organizaciones de derechos humanos. Se ordenó soldar las celdas de los maras en las cárceles donde se tuviera sospecha de motín, además de que se aprobaron técnicas de humillación como sacarlos a “tomar aire” dos veces por día sin ropa, o juntar a propósito pandilleros de distintas bandas en una misma celda. Estas medidas fueron extremadamente efectivas. Hubo una fuerte caída en la criminalidad en El Salvador: según cifras oficiales, en 2020 El Salvador registró un promedio de 20 muertes por cada 100.000 habitantes. Para 2021, bajó a 18 muertes por cada 100.000 habitantes, el valor más bajo desde el fin de la guerra civil en 1992. De no haber una nueva ola criminal, se estima para este año menos de 15 muertes por cada 100.000 habitantes.