La vicepresidenta volvió a recibir el apoyo de la militancia en la puerta de su domicilio en Recoleta, y al abrazarse con una señora, no pudo contener las lágrimas.
Continúa por tercera jornada consecutiva la vigilia en la casa de Cristina Kirchner en el barrio porteño de Recoleta, y este miércoles por la noche, al llegar a su domicilio, la vicepresidenta se emocionó hasta las lágrimas.
La ex mandataria llegó en horas de la noche rodeada de militantes, y al bajar de su auto, se abrazó con una señora y no pudo contener la emoción, según se observó en la cobertura de A24.
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