El relato de una atleta que tuvo muerte súbita en la Media Maratón de Buenos Aires

Manuela Bugueño Ipinza tiene 30 años y el domingo pasado pasó una de las peores experiencias de su vida. Pasó la línea de llegada, se desvaneció, tuvo muerte súbita y está viva para contarlo.

Manuela Bugueño Ipinza, la atleta chilena, cruzó el pasado domingo la meta de la Media Maratón de Buenos Aires en el puesto 118 con un tiempo de 01:27:38 pero lo que siguió fue el peor momento de su vida. Se desvaneció y sufrió una muerte súbita: “Estuve 22 minutos muerta”, contó la treintañera que permanece internada en el Hospital Alemán.

En diálogo con La Nación, la atleta se mostró todavía shockeada por lo vivido: “Estoy bien, procesando todo. Viva y muy agradecida”. Y como es médica y conoce del tema, destacó el rápido accionar del cuerpo médico para hoy en día estar viva.

“Yo primero tuve una taquicardia ventricular, en la que se puede usar el DEA porque es desfibrilable. Pero luego tuve actividad eléctrica sin pulso. Eso no se puede desfibrilar, entonces me pasaron adrenalina y otra medicación. Con eso me sacaron del paro”, resaltó.

El comunicado de la organización

Desde Asociación Ñandú, organizadora de la competencia, detallaron: “El domingo, la corredora chilena Manuela Bugueño, de 30 años, se desvaneció al cruzar la meta en un tiempo de 1h28m. Fue rápidamente atendida por el equipo médico de la organización y se le realizaron las tareas de reanimación”.

Y agregaron: “En coordinación con el Centro de Monitoreo Urbano del gobierno porteño se agilizó el traslado de una ambulancia hacia el Hospital Fernández, donde se completó su atención, mientras se mantuvo en contacto directo a su familia”.

El dramático relato previo a la muerte súbita

“Crucé la meta, me desvanecí, me entendieron al tiro. Eso fue lo que en verdad me salvó la vida, porque si no hubiera estado todo el equipo de emergencia, que estaban encargado de esto, yo no estaría contando esto”, recordó la atleta, tras pasar por la línea de llegada y padecer una muerte súbita.

En este sentido, expuso: “Esto es de verdad, porque fue todo muy rápido, un muy buen equipo, me hicieron muy buenas compresiones, muy buen trabajo. Fueron 22 minutos de masaje cardíaco y de desfibrilación. O sea, como que en el fondo estuve 22 minutos muerta y después me trasladaron muy rápido al hospital. Lo último que me acuerdo es que me desvanecí y luego me desperté en la sala de emergencias del hospital”.

Sabiendo que estuvo en una situación al límite de la muerte, aprovechó para agradecer a los médicos que la atendieron: “Soy muy afortunada porque había médico cardiólogo y todo un equipo. Gracias al buen manejo, me sacaron del paro. No cualquiera tiene esa suerte. Se portaron muy bien en el Hospital Fernández allá y también acá (en el Hospital Almán). De verdad, estoy impactada y agradecida”.

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