El suroeste de América del Norte, afectado por la peor sequía en 1.200 años

Un estudio publicado hoy en la revista científica Nature Climate Change destacó que la sequía que azota desde hace dos décadas al suroeste de América del Norte es la peor de los últimos 1.200 años y precisó que continuará en 2022 a causa del cambio climático.

El oeste de Estados Unidos y el norte de México sufren desde el año 2000 una sequía excepcional, lo que permite calificarla de «megasequía», reportó la agencia AFP.

«Después de una sequía excepcionalmente severa en 2021, de la cual alrededor del 19% es atribuible al cambio climático inducido por el hombre, el período 2000-2021 fue el más seco de 22 años desde al menos el año 800», destacaron los investigadores.

En tanto, un comunicado de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), señaló que debido a las altas temperaturas y a las escasas precipitaciones entre el verano de 2020 y el de 2021, esta megasequía «superó la gravedad» de la de finales del siglo XVI, que hasta ahora era la peor registrada en los 1.200 años revisados por los científicos.

Además, desde el año 2000, el déficit de humedad del suelo fue dos veces mayor que durante cualquier sequía del siglo veinte.

Incluso, “es probable que persista hasta 2022, alcanzando la duración de la megasequía de finales del siglo dieciseis», destacó el estudio.

Por su parte, Park Williams, geógrafo de la UCLA y autor del estudio, remarcó: «Es muy poco probable que esta sequía pueda acabar con un solo año húmedo».

Y agregó: «Sin el cambio climático, los últimos 22 años continuarían siendo probablemente los más secos de los últimos 300 años», pero «no a la altura de las megasequías de los años 1500, 1200 y 1100».

Según el estudio, el cambio climático ligado a las actividades humanas, que aumentan las olas de calor y altera el régimen de precipitaciones, es responsable del 42% del déficit de humedad del suelo en el periodo 2000-2021 en esta zona, y del 19% en 2021.

Esta situación llevó a que, en agosto de 2021, el gobierno federal de Estados Unidos impusiera las primeras restricciones de agua en el lago Mead, el mayor embalse artificial del país, alimentado por el río Colorado, concluyeron.

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