De cara a un nuevo espectáculo y al notar que tenía algunos kilos de más, el bailarín decidió tomar una medida drástica para adelgazar en poco tiempo.
Piquín venía de vivir en España y de viajar por Europa cuando se le presentó la propuesta de montar “El último tango” en Buenos Aires, un show que le requiere un enorme esfuerzo físico y una agilidad que con el sobrepeso había perdido.
“El año pasado, cuando me fui a España, tenía unos seis kilos de más. Quizás la gente no lo notaba pero yo sí. Lo sentía al bailar y eso me ponía incómodo”, contó Piquín.
Molesto con esos kilitos extra, el artista se puso un balón gástrico y de esa manera pudo llegar al peso deseado en pocas semanas.
Es como un globo que tiene un parche y un catéter que sale. O sea, vos te lo tragás y te queda como una manguerita afuera de la boca. Por esa manguerita te inflan el balón en el estómago con líquido. Entonces, te tiran de catéter y queda sellado dentro del estómago”.
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