Interrumpen servicio de dos líneas del subte y el premetro y hubo cruce entre la empresa y delegado

El servicio de las líneas A y H y el premetro del subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires permaneció interrumpido esta mañana por poco más de media hora -se reanudó a las 8-, y la empresa concesionaria y los representantes gremiales cruzaron acusaciones sobre las razones que provocaron la situación que complicó la movilidad de un gran número de pasajeros.

La empresa Emova informó a las 7.17 que las líneas A, H y el premetro no estaban prestando su servicio habitual debido a «una medida de fuerza gremial», pero el secretario adjunto de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP), Néstor Segovia, dijo a Télam que no se trató de un paro sino de una situación derivada de la falta de personal.

«No es un paro, hay atrasos en el servicio. Teníamos un diagrama de servicio antes de la pandemia, donde fallecieron muchos compañeros, y ahora quieren normalizarlo, pero la empresa no puso todavía más personal en las líneas», argumentó el metrodelegado.

Segovia dijo que «en el subte están faltando por lo menos 100 personas» y reiteró que «la situación se resuelve resuelve tomando personal y dando los ascensos correspondientes».

Los servicios comenzaron a funcionar a las 8, según informó la empresa concesionaria en todo su recorrido: Plaza de Mayo-San Pedrito (línea A); Facultad de Derecho-Hospitales (línea H) e Intendente Saguier-General Savio/Centro Cívico (premetro).

La interrupción generó complicaciones para el traslado de una gran cantidad de personas que, a pesar del feriado, se movilizaron a sus trabajos a primera hora del día.

Para mañana, la AGTSyP anunció un paro entre las 14 y las 16 en las seis líneas de subterráneos y el Premetro como medida de «autodefensa» y en demanda de que se abra una discusión sobre las condiciones laborales para la pospandemia, según anunciaron.

La empresa replicó, en un comunicado, que la medida «enmascara una exigencia de reducción de la jornada laboral de 36 a 30 horas semanales, planteo que carece de toda lógica ya que, en el caso del personal de tráfico, el tiempo real de trabajo en la operación de los trenes resulta aún menor que la jornada laboral».

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