La Unión Europea duplicó su fondo de auxilio material para Ucrania

Los ministros de Relaciones Exteriores de los países de la Unión Europea (UE) alcanzaron hoy un acuerdo político para aportar 500 millones de euros adicionales (unos 550 millones de dólares) a Ucrania, duplicando de esa forma su fondo de auxilio material destinado al país invadido por Rusia desde el 24 de febrero.

«Es una satisfacción anunciar que alcanzamos un acuerdo político» para liberar esos fondos, dijo al fin de una reunión en Bruselas el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.

La UE ya había aprobado la utilización de 500 millones de euros del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para la compra y entrega de material letal y equipos médicos a Ucrania, que enfrenta una ofensiva militar por parte de Rusia.

Sin embargo, durante una reunión de líderes europeos realizada hace dos semanas en Versalles, Francia, Borrell había lanzado la propuesta de duplicar ese valor, para llevarlo a unos 1.000 millones de euros.

El uso de estos recursos requiere la unanimidad de los países de la UE, aunque los miembros del bloque tienen la posibilidad de abstenerse en la toma de decisiones, para evitar bloquear la ayuda a las fuerzas ucranianas.

Los recursos se usan para reembolsar a los países de la UE la ayuda militar dada a Ucrania usando sus propias reservas de material bélico.

El gobierno ucraniano presentó a la UE pedidos muy detallados de necesidades de material militar para hacer frente a la ofensiva rusa.

Los cancilleres de la UE también discutieron las crecientes presiones para que el bloque adopte sanciones que afecten las exportaciones energéticas de Rusia por su invasión a Ucrania, aunque por el momento no llegaron a un acuerdo de fondo.

«No era un día para tomar decisiones, y ninguna decisión ha sido tomada, pero ésta y otras medidas han sido objeto de análisis de los ministros», dijo Borrell.

Hasta el momento, la UE adoptó varios paquetes de sanciones económicas contra funcionarios y empresas rusas, pero se resiste a extender las medidas restrictivas a los sectores de energía, en especial petróleo y gas, por el alto nivel de dependencia europea de esos recursos provenientes de Rusia.

La ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annalena Baerbock, dijo que los países europeos están trabajando para reducir su «dependencia de las importaciones combustibles fósiles» y que van «a salir de la dependencia energética» que tienen «con relación a Rusia».

Las presiones de ministros europeos por sanciones al sector energético ruso se multiplicaron después del asalto a la ciudad ucraniana de Mariúpol, que el propio Borrell calificó este lunes como un «enorme crimen de guerra».

En la jornada, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, instó también hoy a la Unión Europea (UE) a detener todo «comercio» con Rusia, y especialmente rechazar sus recursos energéticos, situación que, según el Kremlin, afectaría «a todo el mundo».

«Ningún euro para los ocupantes, ciérrenle todas sus puertas, no le envíen sus bienes, rechacen los recursos energéticos», pidió el presidente ucraniano en un video en la aplicación de mensajería Telegram.

«Sin comercio con ustedes, sin sus empresas y sus bancos, Rusia no tendrá más dinero para esta guerra», agregó.

«Por favor no patrocinen las armas de guerra de ese país, de Rusia», imploró Zelenski, que se dirigió luego de manera directa a los alemanes: «Ustedes tienen la fuerza, Europa tiene la fuerza», lanzó.

Alemania ha sido criticada por su oposición a un embargo inmediato de hidrocarburos rusos, de los cuales depende mucho.

El Kremlin estimó hoy que un potencial embargo europeo del petróleo ruso afectaría «a todo el mundo».

«Un embargo así tendría una influencia muy seria en el mercado mundial del petróleo, una influencia negativa en el mercado energético de Europa. Pero los estadounidenses no perderán nada», dijo Dmitri Peskov, el portavoz de la presidencia rusa.

«Esta es una decisión que afectaría a todo el mundo», añadió en una rueda de prensa.

En general, se estima que alrededor del 40% de las importaciones europeas de gas combustible provienen de Rusia, y diversas estimaciones indican que en el segmento de petróleo esa dependencia es superior al 20%.

Por eso, parte importante de la infraestructura industrial en el bloque está apoyada en la disponibilidad de esas fuentes energéticas, en particular el gas ruso. Esa situación es particularmente sensible en Alemania.

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