En un panorama laboral en constante evolución, impulsado por la inteligencia artificial y la digitalización, las habilidades técnicas ya no son suficientes. Las empresas están identificando un cambio fundamental en lo que buscan en sus profesionales: las habilidades blandas, o ‘soft skills’, se han convertido en el diferenciador clave.
Según Natasha Anello, Head of Marketing en Coderhouse, plataforma de educación líder en la región, las habilidades blandas que predominan y fueron las más buscadas en lo que va del 2025, en orden de importancia, son las siguientes:
• Adaptabilidad al cambio: cuando la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías se integran cada vez más rápido, las empresas necesitan personas que abracen la transformación y no le tengan miedo a lo desconocido.
• Comunicación efectiva (multicanal y multicultural): Ya no se trata solo de hablar bien, sino de saber cómo comunicar una idea en entornos remotos, híbridos y en equipos distribuidos globalmente.
• Pensamiento crítico y toma de decisiones: La sobreinformación exige perfiles que puedan analizar datos, detectar sesgos y tomar decisiones inteligentes, incluso con información incompleta.
• Colaboración en entornos virtuales: Saber trabajar en equipo sigue siendo clave, pero ahora se valora especialmente la habilidad de colaborar de forma asincrónica, transversal y con herramientas digitales.
• Gestión emocional y resiliencia: En un mundo laboral exigente, la capacidad de regular las emociones, sostenerse en la incertidumbre y mantener una actitud constructiva es diferencial.
“Estas habilidades reflejan la necesidad de profesionales flexibles, capaces de navegar en entornos complejos y dinámicos, donde la interacción humana y la capacidad de adaptación son cruciales para el éxito”, comenta Natasha.
Mirando hacia 2026, la especialista proyecta nuevas habilidades y que serán las más demandadas:
• Alfabetización en inteligencia artificial (con enfoque ético): Es crucial comprender cómo funciona la IA, cómo se integra en los procesos y cómo afecta la toma de decisiones humanas.
• Creatividad aplicada a la resolución de problemas: Frente a desafíos complejos, las empresas buscarán mentes que puedan pensar «fuera de la caja», combinando lógica con innovación.
· Aprendizaje continuo y autodirección: El profesional del futuro será su propio guía de desarrollo. Quién no aprenda, quedará atrás.
• Negociación y escucha activa en contextos interculturales: La globalización exige saber llegar a acuerdos considerando diferencias culturales, regulatorias y de valores. Y con el impulso de la inteligencia artificial, la escala global ya no es una barrera: colaborar con equipos de distintos países será cada vez más rápido, frecuente y necesario.
• Liderazgo colaborativo: El liderazgo ya no es jerárquico y cada vez será más importante tener habilidades como motivar, facilitar procesos y alinear equipos en entornos de innovación constante y propuestas colaborativas.
“Estas proyecciones subrayan la creciente importancia de la interacción con la tecnología, la capacidad de innovación y la adaptabilidad en un mundo cada vez más interconectado y automatizado”, agrega la experta y adelanta que “si bien la demanda de soft skills es clave para todos los puestos, el enfoque buscado puede variar según el rol”.
En base a todas estas habilidades, Anello analiza cuáles son las que deben predominar según las áreas:
• Recursos Humanos: Empatía, escucha activa, ética y mediación de conflictos. Son clave para construir culturas saludables, manejar crisis y acompañar procesos de cambio.
· Marketing y Comunicación: Creatividad, pensamiento lateral, storytelling y
capacidad de análisis social. Necesitan entender audiencias cambiantes, leer tendencias y conectar emocionalmente con las personas.
• Tecnología y Producto: Resolución de problemas, trabajo colaborativo, organización y comunicación clara. No alcanza con saber programar. Los perfiles tech deben traducir lo complejo, trabajar en sprints y alinear con el negocio.
• Ventas y Atención al Cliente: Escucha activa, persuasión, inteligencia emocional y orientación al cliente. El foco está en construir relaciones de largo plazo, no solo cerrar una venta.
• Liderazgo y Dirección: Visión estratégica, liderazgo inspirador, pensamiento crítico, toma de decisiones en incertidumbre y gestión del tiempo. Quienes lideran deben ser brújula, no solo mapa.
Esta diferenciación resalta la importancia de adaptar el desarrollo de habilidades blandas a las necesidades específicas de cada función, maximizando así el impacto en el rendimiento individual y organizacional.
Como conclusión, la experta resume que “las habilidades blandas se han consolidado como un pilar fundamental en el desarrollo profesional y organizacional. La capacidad de adaptarse, comunicarse eficazmente, pensar críticamente, colaborar y gestionar las emociones son atributos que definen al profesional del presente y del futuro. A medida que la tecnología avanza, la relevancia de estas habilidades humanas se acentúa, convirtiéndose en el verdadero motor de la innovación y el éxito en el mercado laboral”.
