Mercedes Morán es una pastora evangélica con secretos en “El Reino”

La actriz encarna a Elena, la esposa del pastor Emilio Vázquez Pena al que interpreta Diego Peretti, en el thriller político coescrito por Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro que desde este viernes puede verse en Netflix.

Por Nicolás Biederman

Mercedes Morán es una conservadora pastora evangélica con muchos secretos en “El Reino”, la serie de thriller político coescrita por Marcelo Piñeyro y Claudia Piñeiro que desde este viernes puede verse en Netflix, y que en su opinión “tiene un carácter universal que habla del poder y de los fundamentalismos”.

La actriz encarna a Elena, la esposa del pastor Emilio Vázquez Pena al que interpreta Diego Peretti, quien cuando inicia el primero de los 8 episodios de la serie es un candidato a vicepresidente de la república y cuyo compañero de fórmula es asesinado durante el acto de cierre de campaña.

Elena es la verdadera líder detrás de bambalinas de la Iglesia de la Luz, la iglesia evangélica y empresa familiar cuyos miles de seguidores llamaron la atención de la política.

Elena es la verdadera líder detrás de bambalinas de la Iglesia de la Luz.

Sin embargo, mientras que Emilio ve en la muerte de su compañero la oportunidad de convertirse en el primer mandatario del país, Elena ve peligro: la exposición, los enemigos y la investigación de la fiscal Candia (Nancy Dupláa) por el atentado pueden hacer peligrar sus planes y poner al descubierto sus turbios secretos.

Dirigida por Marcelo Piñeyro y Miguel Cohan, la serie propone un relato coral con figuras de la talla de Chino Darín, Peter Lanzani, Joaquín Furriel, Vera Spinetta y Santiago Korovsky, entre más, con el lado más sombrío de la política y la religión en primer plano.

“No conocía nada, salvo lo que vemos en el final de transmisión en todos los canales a los pastores”, confesó Morán en relación a su saber previo sobre el mundo de la religión evangélica.

“Nunca me detuve mucho. Pero empecé a informarme, a averiguar un poco más, me enteré de que había distintas corrientes dentro de los evangelistas. En este caso se trata de una línea muy conservadora y fundamentalista”, añadió la consagrada actriz que con “El Reino” suma su tercer proyecto para plataformas de streaming en poco tiempo (también es Tota, la mamá de Maradona en la venidera “Maradona, sueño bendito”, y coprotagonista de la miniserie “Iosi, el espía arrepentido”; ambas de Amazon Prime Video).

Télam: Personaje interesante el de Elena, con una personalidad muy imponente, a la vez vulnerable. Con secretos. ¿Cómo la definirías?
Mercedes Morán: Es una mujer comandada por un mandato familiar. Su padre era pastor así que ella tiene que ponerse al frente de su familia y de su iglesia, que son más o menos la misma cosa, y tiene que echar mano de una capacidad de negación importante para sobrellevar algunas cuestiones que no responden a su tabla de valores, pero que no está dispuesta a revisar. De ahí su rasgo fundamentalista, y creo para llevar a cabo eso se convierte, se disfraza de una mujer dura, fuerte. Creo que el precio que paga Elena por este rigor y esto tan estructurado que tiene es muy alto, que lo mantiene muy escondido, y tiene que luchar con ese poder que le ha sido otorgado para manejar la iglesia y la familia y que prontamente, y a pesar suyo, se entera de que su marido está por ingresar en el mundo de la política donde hay una cantidad de suprapoderes con los que se va tener que enfrentar.

T: Es muy creyente, pero a la vez sostiene prácticas ilícitas en la Iglesia, ¿puede decirse que es un personaje con una moralidad “selectiva”?
MM: Ellos no lo piensan. Muchas veces nos hacemos estas preguntas con personajes que manejan poder, que tienen un doble discurso, pero yo creo que ella se justifica todo, no se hace estos planteos. Más lejos del psicoanálisis que la religión no hay. En general, las intenciones siempre son las mejores.

T: Nadie se ve a sí mismo como el villano de su propia historia.
MM: No, sienten que están haciendo lo correcto.

La política, la lucha por el poder y la religión se enlazan en la serie.La política, la lucha por el poder y la religión se enlazan en la serie.
T: ¿Cómo describirías la relación de Elena y Emilio? ¿Es un matrimonio, es una sociedad, es una competencia…?
MM: Para empezar por su ser religioso ellos no admiten el divorcio, creen que el casamiento es para toda la vida y que hay que sostenerlo pase lo que pase, y en ese pacto se autocondenan a seguir juntos. Su intimidad es rara, es un secreto. Se ve que hay un pudor tal que ella no se desnuda delante de su propio marido. Al igual la educación que quiere impartir a sus hijos, el vínculo con sus hijas. Creo que es una mujer que ha reprimido instintos muy básicos, y que se ha autocondenado a comprender cosas incomprensibles.

T: Hay una escena en la que Elena contradice al pastor en la misa y dice estar escuchando a Cristo. ¿Cuáles fueron los desafíos de encarar una secuencia así? ¿Es fino el límite para no caer en la parodia?
MM: Sí, es difícil porque toda la imaginería que tenemos construida de ese tipo de actos de estos pastores es que son muy histriónicos. En eso creo que el mundo de los políticos y el de los pastores compatibilizan. Hay un gran histrionismo necesario para poder llegar con el mensaje y hacerlo contundente. Esa escena fue una de mis escenas más temidas, porque ahí ella se entera de la decisión que tomó su marido que contradice el acuerdo que acababan de establecer, y lo hace frente a sus fieles. Entonces ella transgrede de alguna manera, porque se sube al estrado a manifestarse y hace un ‘acting’, que si bien es muy histriónico y premeditado, en ese salto al vacío que ella hace está detrás de algo muy profundo, que es algo que sí siente como verdadero, que es todo el daño que puede hacer la política en sus vidas. Como actriz me resultaba difícil no hacer de esto una cosa muy paródica; es un límite muy delicado, porque es tal el número que montan, que se corre ese riesgo. Fue una escena en la que le pedí al director que conversáramos un poco, y que me dejara improvisarla de alguna manera, con reglas obvio.

Una serie que aborda los escabrosos caminos de la construcción del poder.Una serie que aborda los escabrosos caminos de la construcción del poder.
T: ¿Hubo conversaciones entre ustedes sobre el modo de representar ese mundo? ¿Les preocupó que alguien pudiera sentirse ofendido?
MM: Siempre que hacés una ficción se corre el riesgo de que alguien se sienta interpelado. Pero no es nuestro objetivo, además creo que la serie tiene un carácter muy universal y que más bien habla del poder y de los fundamentalismos, del origen que sea: tanto político como religioso. Ojalá que la gente la tome como lo que es: una ficción que intenta hablar de un tema que tiene que ver con el poder y que no está intentando sacrificar a nadie, sino simplemente contar una historia con la que podamos empatizar. Reflexionar, además de entretener.

Entradas relacionadas