Mientras velan los restos del ingeniero, buscan en decenas de cámaras al sospechoso de buzo colorado

Los investigadores el crimen del ingeniero civil Mariano Barbieri, asesinado el miércoles por la noche en los bosques del barrio porteño de Palermo y cuyos restos eran velados hoy, analizaban decenas de cámaras de seguridad en busca de algún rastro de un hombre de unos 30 años que vestía un buzo colorado y que se convirtió en el principal sospechoso del asesinato.

En tanto, el fiscal en lo Criminal y Correccional 36, Marcelo Munilla Lacasa, recibió en las últimas horas el resultado preliminar de la autopsia, que reveló que Barbieri murió de una sola puñalada que ingresó entre seis y siete centímetros en el tórax y le afectó el corazón, mientras se analiza si el cuchillo hallado por un periodista en la plaza Sicilia fue el arma utilizada por el homicida.

En medio de un clima de dolor, los familiares y amigos más cercanos participaban esta tarde del velatorio de los restos del ingeniero de 42 años y su pareja, Maricel González Flores, expresó su dolor por el crimen, a quien recordó como «un loco lindo al que le encantaba la vida».

Respecto a la investigación policial y judicial, una fuente de la pesquisa aseguró a Télam que se logró «localizar al testigo que la noche del hecho llamo al 911 y brindó una descripción más detallada de cómo fue el ataque y de la descripción del agresor».

Ese testigo es un vecino que paseaba a su perro por el parque y habló de «un hombre de una edad promedio de 30 años y que vestía un buzo colorado, jeans y zapatillas», detalló la fuente consultada.

El testigo también ratificó que a Barbieri (42) lo mataron durante un asalto, que la víctima luchó con su agresor y que llevaba consigo una mochila.

En base a esa declaración, los detectives de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad continuaban con el análisis de cámaras de seguridad de la zona, tanto municipales como privadas, en busca del camino que pudo haber realizado el homicida en su fuga.

Ayer los perros rastreadores marcaron el rastro olorífero de la víctima en las zonas de la plaza Sicilia donde se secuestraron un cuchillo de acero inoxidable con mango de madera con aparentes manchas de sangre -encontrado por periodistas-, una manta y una mochila vacía que ahora se investiga si pertenecía a Barbieri y si es la que vio el testigo.

A partir de la descripción del sospechoso, el fiscal Munilla Lacasa intentaba lograr conseguir imágenes nítidas del sospechoso, para poder reconstruir su ruta de llegada y de escape.

Por ello, el fiscal se reunió con autoridades de la Secretaría de Seguridad porteña y de la Policía de la Ciudad, y acordaron conformar un equipo de visualizadores especializados del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) y de la División Homicidios para analizar todas las cámaras de seguridad de la zona.

«Desde ayer están mirando a tiempo real cada una de las cámaras en busca de reconstruir el camino que hizo la víctima, si lo venían o no siguiendo, y la ruta de llegada y escape del agresor», contó un vocero judicial.

El superintendente de Investigaciones de la Policía de la Ciudad, comisario general Miguel Fornaro, confirmó ayer a la prensa que Barbieri permaneció «no más de cinco minutos» en el parque y que en ese lapso «fue asaltado y apuñalado».

Una cámara de seguridad captó el ingreso de Barbieri al parque pasadas las 22.30 del miércoles en el cruce de la avenida Del Libertador y Lafinur y esa misma cámara registró la salida, cuando el ingeniero caminó hasta la heladería Cremolatti, ubicada en esa esquina, en la que pidió ayuda y se desplomó antes de ser trasladado al Hospital Fernández, donde murió.

El mismo jefe policial aseguró que tienen una imagen del supuesto homicida retirándose del lugar en dirección opuesta a la víctima, por la zona de la avenida Berro y la calle Casares, desde donde llamó el testigo al 911, y que la sospecha es que «se retiró a un domicilio» y que no sería «una persona en situación de calle».

En tanto, fuentes judiciales informaron hoy a Télam que la autopsia confirmó que Barbieri murió de una sola puñalada que ingresó entre seis y siete centímetros en el tórax y le afectó «la pleura, el pericardio y la aurícula derecha» del corazón de la víctima.

Los restos del ingeniero comenzaron a ser velados esta tarde en la cochería Casa Lestrade, situada en 3 de Febrero 737, de San Fernando, del que participaron familiares, allegados y amigos.

«Mariano era un loco lindo que le encantaba la vida, era tan bueno que pensaba que no había maldad, así salió a Palermo a caminar. Fue a hacer una meditación de la luna y terminó apuñalado por un hijo de puta», afirmó Maricel, la pareja del ingeniero.

La mujer, que es madre del hijo de dos meses de Barbieri, agregó: «No tenía nada, tenía un celular de mierda todo roto porque había ido en pantalón y remera».

«Siempre lo escuchamos en la televisión y hoy nos tocó a nosotros. Mariano y yo teníamos un bebé de dos meses. Mi bebé se quedó sin papá. Mariano no se resistió, estoy segura, no llevaba nada. Que no quede impune», concluyó entre lágrimas.

Barbieri tenía 42 años, era ingeniero civil y si bien tenía domicilio en Beccar, partido de San Isidro, momentáneamente vivía en la casa de un amigo en Palermo, cerca de donde fue atacado.

El crimen ocurrió cerca de las 22.45 del miércoles cuando Barbieri caminaba por la zona del parque Tres de Febrero cercana al Jardín Japonés.

Tras el ataque, quedó filmado cuando entró a la heladería, mientras se sujetaba la remera por sobre el abdomen para pedir ayuda.

«No me quiero morir», le dijo a los empleados y clientes, tras lo cual se recostó en el suelo, según se observa en el video grabado por una cámara de la heladería.

Al lugar arribó una ambulancia del Same que lo trasladó al Hospital Fernández, pero por la gravedad de la herida no pudo ser reanimado y falleció.

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