Miramar: Los enfermeros locales siguen sin tener respuestas

Continúan las protestas en las calles del distrito por parte de los enfermeros y enfermeras del hospital municipal en pedido de una mejora salarial y condiciones laborales. El intendente Ianantuony sigue darles respuesta.

En un año donde quedará marcado para todos por el gran esfuerzo que hicieron y aún hacen, el personal médico de todos los hospitales, en General Alvarado, los enfermeros y enfermeras continúan su lucha por una mejora salarial y condiciones laborales.

El intendente Ianantuony parece no tener este tema en su agenda y sigue postergando la solución.

No reconocerles el pedido al personal de salud del hospital municipal es un golpe muy duro para la toda la sociedad que reconoce día a día la labor de estos héroes.

Aquí compartimos un texto de la vecina Anahí Darguibel donde expresa su sentir sobre este momento que le toca vivir a nuestros enfermeros.

Heroínas (la mayoría son mujeres)

Cuando mi hijo tenía fiebre incontrolable a las tres de la mañana corrí al hospital, me recibió una de ellas y lo apoyó en una camilla. El interrogatorio fue breve, ni siquiera me miraba, le sacó toda la ropa le colocó compresas frías y me dijo tenelo fuerte que voy a llamar al médico. Cuando el doctor llegó con cara de dormido, miró de reojo un bebé tendido en una camilla, le preguntó datos a ella e indicó medicación. Aunque él nunca lo supo la enfermera ya había solucionado el tema.

Ella anotó los datos, se aprendió su nombre, le sonreía con cara de “no pasa nada”, verificó la temperatura y contuvo mi desesperación de madre. Cuando tu hija no podía respirar, ellas le hicieron las nebulizaciones y escucharon atentas tus relatos de padre asustado.

Cuando te operaron y el dolor era insoportable, fueron ellas las que te salvaron. Llamaron por teléfono al médico y le rogaron un analgésico para la cama 4. Dejaron constancia en la Historia Clínica de la indicación telefónica, buscaron la ampolla, la jeringa. Armaron la bandeja y se acercaron con las ganas de ayudar, de contener y calmar. Aplicaron por vía endovenosa y vigilaron cualquier reacción adversa. Ya que estaban miraron la herida y la limpiaron, te acompañaron al baño y te asearon. Controlaron la dieta, la deposición y tantos detalles que no los recordarías.

Cuando las contracciones fracturaban tu temple y las ganas de parir, estaban ellas.Cuando un abuelo confuso se fractura la cadera se acercan a darle de comer y escuchan atentas narraciones incongruentes de tiempos pasados y familiares ausentes.Cuando tu hermana tiene Covid y nadie se puede acercar el ritmo del respirador lo vigilan ellas.Cuando alguien llega a la vida, cuando alguien la abandona son ellas las que acompañan el viaje, las que tienden la mano en la agonía solitaria, las que limpian tu placenta y lágrimas de placer.

Algunos le dicen enfermeras, para mí son heroínas. Pero con el título no alcanza, ni el universitario ni el terciario ni el mío de heroínas. No romanticemos el trabajo infinito y eternamente MAL PAGO. Estas luchadoras incansables con trajes de pandemia que son sauna y dolor, cobran sueldos miserables.

El municipio ni valora ni escucha, pero recuerda a Karina Salinas y juega con el miedo de quedarte sin laburo. El Sindicato parece no entender el reclamo, le cuesta acompañar quizás tengan intereses encontrados.

El periodismo independiente se suma al reclamo (Sudestada y uno más) y el resto parece no escuchar o prefiere restar.

Hoy ellas necesitan una mano cariñosa, un aplauso, una bocina, una jeringa de solidaridad para las enfermeras de Miramar.

Fuente: elargentinodigital.com.ar

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