Romero lo hizo de nuevo en San Pablo: se convirtió en héroe 9 años después del Mundial 2014

(Por Pablo Giuliano) Las manos de Sergio Romero brillaron de nuevo en San Pablo, nueve años después de haber clasificado a la Argentina a la final del Mundial 2014 por penales ante Holanda, el 1 de Boca Juniors llevó a su equipo a otra final, esta vez a la Libertadores 2023 hacia un mismo destino, el estadio Maracaná, para la final ante Fluminense.

Cuatro salvadas milagrosas durante el partido y dos penales atajados le dieron a Romero el status de nuevo mito del pueblo boquense, pero también para su cosecha personal «Chiquito», puede decirse, es uno de los héroes de San Pablo.

Si en 2014 Javier Mascherano le pidió convertirse en héroe, Romero repitió la fórmula ante Raphael Veiga y Gustavo Gómez.

Se sentía en el aire del Allianz Parque del barrio de Pompeia. Ningún local quería llegar a los penales por el derrotero de Romero, todo un verdugo para los pateadores en esta Libertadores.

Esta vez Romero enmudeció al los 40.000 hinchas de Palmeiras, así como había enmudecideo a los brasileñhojs y holandeses en el estadio Itaquera en 2014, cuando Lionel Messi llegaba a su primera final mundial.

La fiesta en el césped sintético mojado hasta doler del Allianz Parque fue toda de Boca. Uno 2.000 hinchas se quedaban en la madrugada paulista, bajo una brisa y un rocio que bajaron la temperatura pero que no impidieron que el calor se lo llevara Boca Juniors. que prometió llevar la copa a la Argentina desde Rìo de Janeiro,

Para los supersticiosos, la hinchada Mancha Verde de Palmeiras cometió un error capital: antes del partido mostraron una bandera gigante con el Maracaná y el cristo Redentor, seguros de vencer a Boca en la semifinal.

La madrugada del viernes en San Pablo comenzó con la melodía del vals desde el alma, cantado por los 2.000 hinchas de Boca, únicas voces en la silenciosa retirada de los derrotados.

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