Una sobreviviente de la dictadura militar relató su experiencia en una unidad penitenciaria

La hermana de uno de los estudiantes secuestrados en la Noche de los Lápices, Nora Úngaro, sobreviviente de la última dictadura cívico-militar, relató su experiencia como exdetenida política y la de su hermano, Horacio Úngaro, ante presos de una cárcel bonaerense ubicada en La Plata.

La jornada se realizó en el marco de un proyecto llamado «Efemérides en Contexto de Encierro», coordinado por la Dirección Provincial de Políticas de Inclusión del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires y la Subdirección General de Educación (Departamento Cultura) del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Nora Úngaro expresó que «ser militante es un acto de amor hacia el otro» y agregó que la «militancia es igual a amor: amor por la patria, amor por el otro que es un igual y que tiene los mismos derechos», en referencia a la actividad política que vivía en el interior de su núcleo familiar.

En ese sentido, Nora destacó la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, reivindicando los reclamos pacíficos que comenzaron aquel 30 de mayo de 1977 y recordó cómo era la Argentina antes de 1976.

Luego relató cómo se llevaron de la casa a su hermano, Horacio Úngaro, y a su amigo, Daniel Racero, ambos militantes de 17 años en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) que reclamaban el boleto estudiantil.

Un comunicado del SPB además informó que la mujer también recapituló cómo fue su detención y cómo vivió aquellos casi 20 días entre los centros clandestinos «1 y 60», Pozo de Arana y Pozo de Quilmes, hasta su liberación.

Por su parte, el director provincial de Políticas de Inclusión del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, Marcelo Lafolla, valoró «las ganas de transformar ese dolor en compromiso» por parte de Úngaro, quien fue una de las testigos que prestó declaración en el juicio conocido como el Juicio Brigadas (que unifica los delitos de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de detención y exterminio de Banfield, Quilmes y Lanús).

«Esta experiencia nos trajo luz para pensar y reflexionar sobre nuestro país y nuestra historia. En algunos libros, leímos testimonios de personas que vivieron el golpe de Estado, pero nunca de esta manera. Es muy importante mantener la memoria», expresó Vicente, interno de la penitenciaría.

La jornada contó con la participación de los internos de la Unidad 34 Melchor Romero, con la delegada de Cultura, Educación y Deportes del Complejo Penitenciario La Plata, Lorena Romer; el jefe de Vigilancia y Tratamiento, Juan Luberto, y la psicóloga social del área tratamental de la Unidad 34, Marina Escrich.

La directora de Educación del organismo, Yamila Olariaga, celebró la puesta en marcha de un proyecto realizado «desde una perspectiva de género que incluye a las mujeres como protagonistas de la Historia», el cual se replicará en otros penales.

«En este caso, en un proyecto pedagógico-artístico en el que el arte deviene en una herramienta que genera lazo social con el entorno, transformándose en un elemento educativo no formal que ofrece a las personas privadas de la libertad otra manera de construir conocimiento, no solo desde la acción de elaborar imágenes o discursos visuales, sino también, a partir de conocer la historia argentina desde un relato en primera persona», subrayó Lafolla.

El taller de «Efemérides en Contexto de Encierro», dictado en Melchor Romero por la profesora en Artes Visuales de la Dirección Provincial de Políticas de Inclusión, Liley Amodeo, junto con la artista plástica «del Departamento Cultura del SPB, Gisela Ponce, continuará las próximas semanas con el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas.

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