Se calcula que mide 24 metros de largo y que tiene un diámetro de 2,5 metros y que permite cargar 100 toneladas de carburante. Este es el nuevo misil balístico intercontinental gigante presentado por Corea del Norte.
Según Jeffrey Lewis, del Middlebury Institute, el régimen norcoreano busca «claramente» poner a prueba el sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos en Alaska.
Este misil constituye el móvil de combustible líquido más grande del mundo que puede transportar varias cabezas bélicas nucleares.
Todo esto sucede mientras la población enfrenta la peor crisis económica desde que asumió Kim Jong-un en esta dinastía totalitaria que no encuentra salida a la pobreza más que haciendo alarde de su arsenal nuclear militar.
Según el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, el 40% de los norcoreanos se encuentran en situación de desnutrición. La economía norcoreana fue y es un fracaso por décadas siendo un obstáculo para la gestión comunista.
El gobierno de Kim Jong-un se jacta de no tener casos de covid-19 en su territorio, difícil de comprobar por su sistema cerrado y poco transparente de información.