En la 6° edición de la Campaña de Mujeres Rurales, Mujeres con Derechos, la primera dama dio inicio al encuentro expresando: «Nos convoca para compartir diferentes miradas de nuestras mujeres rurales en diversos ciclos de vida».
La primera dama Fabiola Yañez exhortó este miércoles a “impulsar la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres como herramienta fundamental para la reducción de la pobreza”, así como también “seguir impulsando la autonomía económica de las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes”.
Así lo expresó Yañez en un encuentro virtual de mujeres rurales de Latinoamérica, organizado por la Alianza de Cónyuges de Jefes de Estado y Representantes (ALMA).
En la apertura del encuentro, que contó con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO- en el marco de la campaña regional “Mujeres Rurales, Mujeres con Derechos”, Yañez fue la encargada de dar las palabras de bienvenidas como coordinadora general de ALMA.
Allí, la primera dama expresó: “En la 6° edición de la Campaña de Mujeres Rurales, Mujeres con Derechos, hoy nos convoca para compartir diferentes miradas de nuestras mujeres rurales en diversos ciclos de vida, con sus relatos, en los que van a exponer sobre sus raíces y el futuro”.
“Estoy convencida de que con esta campaña no sólo estamos visibilizando el tema, sino que colaboramos para incluirlo en la agenda pública con la entidad que merece. Esta iniciativa nos demuestra que vamos por esa senda”, destacó.
El evento fue organizado por la Alianza de Cónyuges de Jefes de Estado y Representantes.
Luego, en modo de conclusión de la actividad denominada “Mujeres, Raíces y Futuro”, la primera dama argentina pidió que se continúe con el “impulso a la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres como herramienta fundamental para la reducción de la pobreza, en tanto que eso posibilitará asegurar sistemas alimentarios sostenibles, económica, social y ambientalmente”.
Asimismo, Yañez concluyó que “se debe seguir impulsando la autonomía económica de las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes, promoviendo un mayor acceso a recursos productivos, a la protección social, a la capacitación y, sobre todo, volviéndolas parte activa en las decisiones que afectan su futuro, el de sus familias y comunidades”.
El encuentro regional contó además con la presencia de la primera dama de Honduras, Ana García de Hernández; y la oficial de Políticas, experta en Género y Sistemas Sociales e Institucionales Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Claudia Brito.
«Se debe seguir impulsando la autonomía económica de las mujeres rurales, indígenas y afrodescendientes, promoviendo un mayor acceso a recursos productivos, a la protección social»
La actividad titulada»Mujeres, Raíces y Futuro»tuvo como misión difundir testimonios por país de mujeres rurales en diversos ciclos de vida, exponiendo situaciones que hacen referencia a la valorización en tanto de las “raíces” (saberes ancestrales) como del “futuro” (los avances).
Con sus diferentes miradas participaron mujeres de Argentina, Brasil, Chile, Honduras y Paraguay, representando a sus respectivos países, según señalaron a través de un comunicado.
En Argentina, el 50 por ciento de la población rural está representada por mujeres que trabajan la tierra.
Una vez finalizadas las presentaciones por país, el cierre de la actividad tuvo una impronta artística, que integró música autóctona: bailes, cantos, entre otros, continuando con la lógica de revalorizar los saberes locales.
El rol de la mujer es muy importante en las zonas rurales de América Latina y el Caribe, donde viven 58 millones de mujeres, muchas de las cuales son clave en la producción y abastecimiento de alimentos.
Ese papel, sumado a la preservación de los conocimientos y saberes tradicionales, ha sido el eje de la campaña para visibilizar a la mujer rural.
En Argentina, el 50 por ciento de la población rural está representada por mujeres que trabajan la tierra, cuidan los animales, procesan la materia prima y plantan semillas que alimentan a pueblos enteros y que, paradójicamente, sufren las mayores desigualdades por motivos de género.
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