Perú y Venezuela retoman plenamente sus relaciones diplomáticas

(Por Gonzalo Ruiz Tovar, desde Lima) Perú y Venezuela retomaron el viernes plenamente sus relaciones diplomáticas, tras cuatro años de interrupción por discrepancias políticas, según anunció anoche la Cancillería peruana en un comunicado.

El documento indica que Venezuela dio el beneplácito correspondiente como embajador peruano a Richard Rojas –secretario nacional de Organización del partido oficialista Perú Libre (PL)-, mientras que Perú hizo lo propio con Alexander Yáñez. Ambos asumirán en los próximos días.

En 2017, el entonces presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, se abstuvo de reconocer como jefe de Estado legítimo a Nicolás Maduro, por lo que retiró a su embajador en Caracas y expulsó al de Venezuela en Lima.

Desde ese momento, las relaciones fueron únicamente consulares, mientras Perú reconocía además como representante a un enviado del dirigente opositor Juan Guaidó, designado como presidente interino por el parlamento, que estaba en manos de la oposición, aunque nunca manejó los resortes del gobierno.

Según el comunicado, las relaciones se restablecen por “la evolución del proceso político venezolano y al reconocimiento recíproco como interlocutores legítimos que se han dispensado el Gobierno y la Plataforma Unitaria de Venezuela”.

Asimismo, la reapertura de las embajadas, señala el documento, permitirá “atender mejor” a los peruanos residentes en Venezuela y “buscar una solución a la situación humanitaria de los ciudadanos venezolanos en el Perú”.

Según cálculos oficiales, Perú ha recibido en los últimos años a cerca de 1,4 millones de venezolanos, atraídos por ventajas que prometió el Gobierno de Kuczynski, como facilidades para permisos de residencia temporal. De esa forma, Perú se convirtió en el segundo mayor receptor de esa inmigración, solo superado por Colombia.

Kuczynski, destituido en 2018, fue además un entusiasta impulsor del Grupo de Lima, una reunión de gobiernos alineados con Estados Unidos que no reconocían a Maduro y que coordinan salidas para ese país al margen del mandatario socialista.

La recomposición de relaciones permitirá además “acompañar los esfuerzos que despliega el pueblo venezolano, con el apoyo de la comunidad internacional, para resolver sus problemas, de manera soberana y acorde con los principios hemisféricos de protección y promoción de los derechos humanos y defensa de la democracia”, indica el documento.

Maduro y el presidente de Perú, Pedro Castillo, tuvieron un encuentro bilateral el mes pasado en México, en el marco de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. Eso fue duramente criticado por la oposición de derecha peruana, que acusó al gobernante de dialogar con alguien no reconocido.

En ese marco, además, PL, que hace una cerrada defensa de Venezuela y Cuba, acusó al canciller Óscar Maurtúa de no reivindicar con suficiente fuerza a Maduro dentro de Perú. El entonces jefe de gabinete, Guido Bellido, llegó incluso a pedir públicamente la salida del ministro, un diplomático de carrera que se mantiene sin embargo en funciones.

Al nuevo embajador en Caracas se le reconoce como próximo al fundador y máximo líder de PL, Vladimir Cerrón, pero también se le ha visto muy cerca de Castillo desde que asumió la presidencia, al punto de que en algún momento se le percibió como una especie de portavoz extraoficial.

Tras confirmar su próximo viaje a Caracas, Rojas dijo que su misión será “representar al Gobierno”.

El nombramiento se produjo en momentos en que la relación entre Castillo y el partido marxista leninista que lo llevó al poder atraviesa por problemas de distanciamiento.

El Gobierno había presentado en estos días a Rojas como embajador en Panamá, pero ese país, sin explicaciones, no le dio el beneplácito en los plazos correspondientes, lo que según fuentes diplomáticas citadas por medios opositores locales podría ser interpretado como un desaire.

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