La protesta fue convocada por las redes sociales bajo el hashtag #12O y reivindicada como «una expresión genuina» por dirigentes de la oposición.
«Queridos argentinos: las crecientes movilizaciones pacíficas, el coraje y la convicción de las personas que las acompañan, son la demostración de que a pesar de nuestros problemas actuales tenemos que ser muy optimistas respecto a nuestro futuro», escribió Macri en su cuenta de Twiter.
En cambio, su socia en Juntos por el Cambio y referente de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, se diferenció en las redes sociales: «No soy líder, no quiero serlo, solo soy una persona ‘Lilita nada’, responsable de hace muchos años por lo que nos ocurre y poniendo el cuerpo. Pero no voy a ser cómplice de una vida humana perdida en este proceso».
Es que el grueso de los asistentes, concentrado en las inmediaciones del Obelisco, expresó su rechazo a la continuidad del aislamiento obligatorio, pese al creciente aumento de contagios y muertes por coronavirus registrado en los últimos días.
Incluso, muchos de ellos se mostraron sin barbijos y poca distancia entre sí, aun cuando tanto autoridades porteñas como nacionales pidieron tomar recaudos ante los riesgos de una multiplicación de contagios de Covid-19.
«Seguimos en pandemia, no tenemos vacuna, y, por eso, si bien manifestarse es un derecho, les pedimos a quienes lo hagan que sea con cuidado», aseguró esta mañana el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, en diálogo con radio La Red.
De igual forma, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, consideró que, «más allá de que uno puede presentar los reclamos que le parezca, en el contexto sanitario de circulación comunitaria del virus, es evidente que marchar es un riesgo que se debería evitar».
La respuesta del Gobierno
En este marco, el Gobierno condenó la inclusión del domicilio de Cristina Fernández entre los puntos de convocatoria de la protesta opositora, en la voz del presidente Alberto Fernández y algunos de sus funcionarios.
«Disentir con un gobierno es parte de la democracia. Movilizarse, aun con el riesgo que implica en una pandemia, dijo el primer mandatario en su cuenta de Twitter.
Con el hashtag #ArgentinaUnida, el Presidente advirtió: «Pero promover una convocatoria a una protesta en el domicilio de una persona solo fomenta la grieta y daña esa convivencia democrática».
En tanto, desde la misma red social, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y el ministro de Seguridad, Eduardo de Pedro sumaron su repudio a «que se difunda como punto de protesta el domicilio de la vicepresidenta» y advirtieron que defender la República no es el objetivo de los sectores de la oposición que convocaron a la marcha porque «no respetan las instituciones».
«El macrismo y Clarín convocan a una marcha frente al domicilio particular de la vicepresidenta @CFKArgentina. Es muy claro que no defienden la República ni respetan las instituciones, son los profetas del odio», escribió De Pedro en su cuenta de la red social Twitter.
Durante la tarde, el cruce de las avenidas 9 de Julio y Corrientes fue paulatinamente ocupado por vehículos, todos ostentando en los techos y parabrisas banderas argentinas.
«Somos apolíticos, no apoyamos a ninguno de los dos que están en la grieta», sostuvo un matrimonio a la prensa desde su auto, a metros del Obelisco, mientras que otros manifestantes reclamaron por la «independencia de los poderes de la República» y que se «terminen los panes sociales pagados con nuestros impuestos».
La participación de dirigentes opositores
Hasta allí llegó la exministra de Seguridad y titular del PRO, Patricia Bullrich, asidua participante de este tipo de manifestaciones, y quien desde la semana pasada venía fogoneando a través de su cuenta en la red social Twitter, la convocatoria a la protesta.
«Esto es impresionante estamos contentos con ver tanta gente con banderas argentinas que quiere un país de progreso y libertad», expresó Bullrich, montada al volante de una camioneta en la intersección de Bartolomé Mitre y Carlos Pellegrini, en compañía del exbailarín, Maximiliano Guerra.
La exfuncionaria macrista defendió que dirigentes opositores, como ella, convocaran a la protesta: «puede haber criticas, pero este es el rol de a posición: defender la República, el trabajo y la libertad de los argentinos».
Bullrich renovó su prédica anticuarentena, al sostener que «hace siete meses que estamos en enfermos no sólo del Covid sino de un país encerrado» y agregó: después de siete meses de encierro la política del Gobierno ha sido un fracaso».
«Todos somos Rosenkrantz», decía uno de los carteles visibles en las inmediaciones del Obelisco, en alusión al presidente de la Corte Suprema.
Otra pancarta, que postulaba el «NO» a la reforma judicial, era sostenida por una mujer que refirió que «la libertad está en manos de la justicia» y que, por eso, había que «defenderla» y resistir la iniciativa de modificar el fuero federal impulsada por el Gobierno.
Entre los manifestantes, también se pudo ver al exsecretario de Medios Públicos, Hernán Lombardi, quien buscó despegar a Juntos por el Cambio de la convocatoria: «la gente se convoca sola, los dirigentes lo que tenemos que hacer es estar presentes», sostuvo y festejó este tipo de protestas «como lo más importante que políticamente está pasando hoy en la Argentina».
El exfuncionario reclamó al presidente Alberto Fernández «tomar la agenda de la gente» y dejar de «buscar la impunidad de la vicepresidenta» Cristina Fernández de kirchner.
En tanto, en las inmediaciones de la quinta presidencial de Olivos se escucharon cantos a favor y en contra del Gobierno, algunas corridas e insultos cuando esta tarde confluyeron allí agrupaciones políticas, sindicales y sociales que apoyan al Presidente y manifestantes encuadrados en la marcha opositora.
El cuerpo de Infantería de la Policía debió interceder para que cada grupo antagónico permaneciera en lugares diferenciados, sin contacto, en las inmediaciones de la quinta de Olivos.
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