La Ruta del Olivo, en la provincia de Buenos Aires, se ha convertido en un atractivo turístico y productivo que beneficia a productores, comunidades locales y visitantes.
Este recorrido abarca el sudoeste bonaerense, un área marcada por sierras, cascadas y atardeceres rurales, donde el cultivo de olivos ha ganado terreno.
Experiencias entre olivos: producción y hospedaje
Uno de los emprendimientos destacados es Olivos Napostá, ubicado en Cabildo, cerca de Bahía Blanca.
Además de la producción olivícola, cuenta con una casona de campo de estilo inglés de 1910, restaurada para alojar turistas en un entorno natural.
El proyecto nació de la visión de dos médicos, Víctor Serafini y César Di Doménico, quienes encontraron en la olivicultura una manera de mejorar la calidad de vida y promover la alimentación saludable.
Aceites premiados y turismo rural
La ruta también incluye a productores como Epu Antu, en Puan, reconocido en certámenes internacionales por la calidad de su aceite de oliva.
La iniciativa fortalece el turismo y la producción, permitiendo visitas guiadas y recorridos educativos.
Esta finca posee 6.276 olivos en 21 hectáreas, con variedades como:
–Arbequina: sabor suave y afrutado.
–Arauco: más picante y amargo.
–Frantoio: notas herbales y frutadas.
–Nevadillo: con toque de almendra y hierba fresca.
