«Aprendices de brujo» por Carlos Fara

Vacuna es una deidad que los romanos adoraban, sobre todo, los habitantes del campo. Le ofrecían sacrificios, principalmente, en el tiempo en que se habían concluido las labores. Según una versión esta diosa es la misma que la diosa Victoria. En todo caso, parece tratarse de celebrar un logro, un triunfo. Curiosa asociación, pero la etimología de nuestra palabra “vacuna” es bien distinta.

La denominación responde a la manifestación particular del virus que circulaba entre las vacas conocido científicamente como variolae vaccinae, éste último sobre el latín vaccinia, asociado al adjetivo vaccinus, indicando lo perteneciente a la vaca, procediendo de vacca, por vaca. Un animal muy asociado a la matriz cultural argentina: “tiene la vaca atada”, “es la vaca lechera”, “hagamos una vaquita”, etc. Y ahora pensamos que nos puede salvar “Vaca Muerta” o “Vaca Viva” (término ingenioso que se lo debemos al especialista en bio economía Fernando Vilela).

Toda una digresión porque no podemos dejar de hablar de “La vacuna”, la que nos obsesiona, nos desespera, nos esperanza, nos indigna, entre otros sentimientos. Como saben que esta es una columna de real politik, no habrá acá comentarios éticos, ni justificativos, ni indignantes. Eso queda para la evaluación de cada lector/a, sabiendo que la polémica será infinita.

 

Respondamos los interrogantes básicos:

 Esto afecta la imagen del gobierno nacional? Sin duda que sí. Toda crisis de este tipo (derivada de una acción gubernamental específica) afecta negativamente en primera instancia, hasta ver qué reacción tiene el máximo liderazgo hacia la misma. Luego puede ser una gran oportunidad para posicionarse positivamente, pero el primer golpe siempre desgasta.

 

Es esto una crisis? Sí, lo es. No importa si está sobredimensionada o parte de una mala interpretación de algunos medios de comunicación. La crisis se produce en la medida que así lo consideran actores relevantes, entre ellos los medios y la opinión pública. La percepción es clave. Una persona con un cuchillo en la mano a priori es un agresor, aunque la investigación posterior muestra era una víctima defendiéndose.

 

Esto lo va a afectar al oficialismo en la elección de este año? Imposible de predecir. Las crisis se terminan extinguiendo tarde o temprano, aunque más no sea porque son reemplazadas por otras. Luego, si en poco tiempo el mercado se inunda de vacunas convirtiéndose en una nueva normalidad, todo esto puede ser solo un mal trago. Si otra crisis como esta aparece faltando dos semanas para el comicio general, sin duda que perderá votos por el camino, lo que no significa que una crisis así les hará perder la elección.

 

Cómo se debe evaluar la reacción del gobierno? Hay claramente dos momentos. El viernes 19 cuando le pide la renuncia al ministro de salud, a otros funcionarios, y baja del viaje a México a dos legisladores, el presidente toma el toro por las astas y hace un gesto de autoridad que lo favorece. Pero hay un segundo momento en el que Alberto quiere bajarle el precio a la crisis, y contraataca mediáticamente. En este segundo momento es cuando empieza a correr el riesgo de que la crisis sea solo pérdida. Como todavía está en proceso no se puede sacar una conclusión definitiva.

 

Era previsible que la crisis se extendiera y complicara? Sí, porque en una crisis un líder no controla todas las variables, y por lo tanto puede haber réplicas, como en los terremotos. Y aquellas pueden ser más fuertes incluso que el primer temblor. Solo para ejemplificar, se iba a sumar a la crisis lo que hubiese sucedido en la provincia de Buenos Aires, lo que no está bajo control presidencial, pero lo afecta sin duda por ser del mismo signo político. Cuando el líder ve que la crisis se sale de cauce pese a la primera reacción contundente, tiene la tentación de acotarla y ahí empieza el juego de contradicciones, idas y venidas, que es puro gasto: toda explosión retardataria lo lastima en su afán de abrazarla para contenerla. La muestra son los mensajes emitidos desde que Alberto se fue a México.

 

Fue una operación para perjudicar al presidente y producir el cambio en el área salud? No fue un movimiento ingenuo, sin duda. Pero los aprendices de brujo muchas veces pierden el control de sus actos de magia (como Mickey en la película Fantasía) y terminan generando un caos mayor al esperado (o cuando la soberbia supera a la inteligencia). Resultado: ahora todos pagan los costos.




 

La crisis ya llegó a su punto máximo? Dependerá del impacto de las novedades sobre el caso. Si todo el tiempo aparece un nombre nuevo que genera suspicacias, la crisis no termina pero se vuelve rutinaria y pierde su capacidad de impacto, ergo de desgaste. Esa fase es una buena noticia para el gobierno porque la agenda pasa a otros temas.

 

Cuando los chinos compusieron el ideograma de crisis como riesgo y oportunidad, lo pensaron para su propia matriz cultural, donde existe el yin y yang, lo positivo no existe sin lo negativo, los opuestos son complementarios. Pero la cultura occidental tiene serias limitaciones para asimilar eso cabalmente. Comprender no es lo mismo que asimilar.

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