Ariel Barbouth es un ingeniero argentino que creó «Nuchas», una empresa de venta de ese tradicional producto argentino. Tras el parate por la pandemia decidió promocionarlas, ofreciéndoselas a quienes esperan para emitir su voto
Ariel Barbouth es un argentino con un prolífico negocio gastronómico en el corazón de Nueva York que sorteó la crisis económica del coronavirus con una inusual idea: aprovechar las elecciones de este martes para repartir sus empanadas frente a centros de votación y popularizar en Estados Unidos una de las comidas más típicas de la Argentina.
https://www.youtube.com/embed/13MSV_Z3bHk?wmode=transparent&showinfo=0&autohide=1&rel=0Empanadas en la fila de votación: sin choripanes pero con folclore argentino
«Teníamos que encontrar la forma de sortear esto. Cuando lo iniciamos, en 2011, nos fue bien, pero la pandemia complicó todo», contó Barbouth en diálogo telefónico con Télam, en referencia a su negocio de venta de empanadas, un emprendimiento que se le ocurrió durante un año sábatico en Buenos Aires, ya viviendo en Estados Unidos.
«Abrí una caja de empanadas y dije: ‘Este producto genial tiene que estar allá'», explicó.
La idea de armar en Estados Unidos una marca con sabores argentinos ya rondaba desde antes la cabeza de este ingeniero en producción con un posgrado en comercio internacional, cuando el recuerdo de ese atávico sabor argentino relanzó sus planes.
Un refrigerio mientras esperan para votar.
El proyecto plasmó en «Nuchas», el negocio que ganó una licitación para comercializar empanadas argentinas en Times Square, en pleno centro de «la Gran Manzana».
«El nombre ‘Nuchas’ es por ‘nachos’, suena a eso, a algo conocido para el oído estadounidense, que no puede pronunciar la palabra empanadas», señaló con inocultable orgullo Barbouth mientras describía las peripecias que enfrentó hasta que su empresa facturara -antes de la pandemia- 5 millones de dólares al año.
Este crecimiento, con créditos del Estado, les permitió extenderse y empezar a venderle empanadas a varias cadenas importantes de supermercados.
«Eso queríamos y funcionó. Quiero que sea un genérico de handheld food (comida de mano), de las comidas del mundo. Qué les digan ‘empañadas’ o como quieran, pero que las coman», dijo.
Lo que la pandemia le dejó
La pandemia de coronavirus, sin embargo, que tiene a Estados Unidos como el país más afectado, con más de 9,2 millones de casos, desordenó el ajedrez comercial prolijamente armado por este argentino que, rápido de reflejos, empezó a idear caminos alternativos.
Los camiones que usan para distribuir el producto caliente.
Como todos los negocios de comida en el mundo, el sistema de delivery ofreció una solución temporaria que aunque iba creciendo no encajaba con las proyecciones que Barbouth tenía para su empresa, en la que trabajan unas 50 personas, entre nativos e inmigrantes.
Empanadas a las urnas
Del menú de opciones disponibles, le llamó la atención un emprendimiento ya sobre ruedas en Estados Unidos denominado «Pizza to the polls» (Pizza a las urnas), una organización sin fines de lucro, financiada con donaciones online de ciudadanos y corporativas, que en su web se promociona como un grupo que hace «que la democracia sea deliciosa al entregar comida gratis en los lugares de votación».
«Cuando escuché el nombre yo dije: ‘¡No!…¡Pará!’, ‘nosotros también queremos ir a las urnas», narró entusiasmado Barbouth, que agrega que se impuso demostrar que «este es el formato correcto, la empanada».
«‘Empanadas to the polls’ es más apropiado al momento, al lugar, a la situación de estar en una fila, insiste, por el tamaño, por el tipo de paquete y envoltorio», dijo.
Luego, el argentino decidió contactarse con «Pizza to the polls», a quienes donó 2.000 empanadas «con la intención, obviamente, de comercializarlas después».
En el estado de Nueva York, la gente puede votar por anticipado en persona desde el 24 de octubre pasado.
«Para hacerla corta, nosotros hoy le estamos entregando casi 10.000 por día a un precio conveniente, para dividir entre sus camiones, que también tienen hamburguesas y pizzas. Nosotros horneanos una cantidad y los llamamos cuando están listas», explicó.
«Ellos nos informan dónde tienen los camiones en ese momento y los encontramos ahí para ‘estoquearlos’. Tenemos dos vehículos nuestros que van hacia sus camiones durante el día, y ellos también tienen otra logística interna para distribuir sus productos», dijo.
El envase de «Nuchas», una adaptación del término «nachos».
«Cuando la gente va a votar, si la fila es larga -continúa Barbouth-, pueden sacar una foto y mandar un tuit, y Pizza to the polls despacha alguno de sus camiones hacia ese centro, y así todo el día» durante estas últimas jornadas .
Mañana, el día de las elecciones generales, será una gran jornada para Barbouth.
«Vamos a entregar unas 20.000» empanadas, dijo, orgulloso.
Cada paso en este emprendimiento implicó apertura.
El sabor de la nutella
Para introducirse en el mercado, «Nuchas» debió adaptarse a una ciudad diversa y multicultural y adoptar algunos cambios de los sabores tradicionales de la empanada argentina, manteniendo muchos de los originales pero agregando otros no tradicionales como «curry vegano», manzana, nutella con almendras, espinaca y portobellos, etcétera.
Barbouth entiende este hecho como coyuntural, como un modo de sortear la crisis económica del coronavirus, pero sus expectativas son crecer mucho más cuando regrese la ansiada «normalidad».
«Por ahora hacer lo mismo en Japón me entusiasma», hay que ver si este sueño se cumple, concluye el empresario argentino, que busca suerte en los emprendimientos privados, tras recibirse en Boston y trabajar durante años en la banca privada en Nueva York.
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