«Me culpan porque vivo de forma rara, precaria, de forma no común como la de ustedes», dijo el acusado ante el jurado popular que lo juzga por doble homicidio de su madre y su tía, en lo que es su primera declaración judicial desde que fue detenido en 2019.
El israelí Gilad Pereg, acusado de matar y enterrar a su mamá y a su tía en los fondos de su casa de la localidad mendocina de Guaymallén aseguró este martes que su madre le «habla en la cabeza», que cree que «está viva» y que «la fiscalía y la policía ocultaron los cuerpos» en su terreno para involucrarlo.
«Me culpan porque vivo de forma rara, precaria, de forma no común como la de ustedes», dijo el acusado ante el jurado popular que lo juzga por doble homicidio tras la fallida primera audiencia en la que se la pasó «maullando», en lo que fue su primera declaración judicial desde que fue detenido en 2019.
Tras su declaración, el juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el miércoles a las 8.30, cuando se realizarán los alegatos de clausura y luego el jurado pasará a deliberar para dar a conocer su veredicto.
Vestido con una remera roja y la mirada hacia el suelo, Pereg ingresó minutos antes de las 13 a la sala de audiencias del Polo Judicial de Mendoza, que no pisaba desde el primer día del debate, el 26 de octubre pasado, cuando fue desalojado por maullar sin parar.
A instancias de su defensor, Maximiliano Legrand, el acusado habló de cómo era su vida en Israel antes de radicarse en Guaymallén, Mendoza: «Yo fui al ejército y vi todo lo malo que hacen. Fui al psiquiatra del ejercito para salir de ahí. Me tuvieron internado cuatro días y luego me soltaban, me hacía mal», dijo.
«Con la ayuda de mi mamá, decidí escapar de Israel. Ella me iba a mandar plata para vivir en otro país. Fui a Chile poco, luego a Buenos Aires y me fui porque había mucho tráfico», continuó, tras lo cual comenzó a hablar de su madre, Phyria Saroussy (63), hallada asesinada junto a su tía, Lily Pereg (54), el 26 de enero de 2019 en los fondos de la vivienda del acusado.
«Yo veo a mi madre que me habla en la cabeza. Me dice que está secuestrada en un lugar oscuro. Que mi vieja esta muerta es mentira. No vi una foto, no vi nada. No sé donde están. La policía y la fiscalía ocultaron los cuerpos en mi terreno. Hicieron un allanamiento y no encontraron nada y justo el sábado encontraron el cuerpo» en referencia a que él ya había sido detenido. «Ella está viva -enfatizó-, no sé qué encontraron o no. Yo sé que está viva».
Pereg manifestó que cree que lo «culpan» porque vive «de forma rara, precaria», «no común», y al referirse a su madre, expresó: «Es mi vida. Jamás podría vivir sin madre. Yo vivía gracias a ella. Ella me enviaba dinero para poder sobrevivir. No tengo como vivir sin ella».
Sin emitir sonido de maullido alguno, y con la mirada siempre hacia el suelo, el imputado del doble asesinato dijo que le gusta coleccionar armas y que en su casa tenía «37 gatos», a quienes aludió como «mis hijos». «Me preocupan mucho mis hijos. Dónde están, si los van adoptar, si los van a castrar», expresó. Luego cuestionó a la policía porque «no hace su trabajo» y sólo lo «molesta» a él.
Antes de Pereg, declaró ante el jurado popular el psiquiatra forense Mariano Castex, quien fue contratado por la defensa del acusado como perito de parte.
Mediante la plataforma virtual Zoom, Castex aseguró en el debate que el israelí «estuvo loco, estaba loco y sigue loco» y que «no tiene que estar en un juicio».
«Él está hablando y viviendo una realidad distinta. Una realidad que vive él, no la de nosotros. Es decir, él lo que hace, lo hace desde esa realidad», manifestó Castex al referirse al informe psiquiátrico que realzó tras entrevistarlo, que consta de 65 páginas.
Sobre los comportamientos del acusado, entre ellos maullar, el psiquiatra dijo que «ser y actuar como gato no se simula» y que «puede maullar o no, si quiere, pero es en su mundo que vive».
Castex concluyó que el israelí «está loco, es un demente y un alienado», por lo que «está en riesgo para sí», «no puede comprender realidades» y vive en «otra dimensión».
Antes de ese especialista, expuso su evaluación sobre el imputado una perito psiquiatra del Cuerpo Médico Forense, Laura Hanna, quien entrevistó a Pereg cuando fue detenido en el penal San Felipe, de Mendoza. La profesional lo describió como una persona que tiene «un trastorno de personalidad» y a quien la primera vez que vio lo observó «delirante» y con una «mirada intimidante».
«Él contestaba las preguntas, no todas, seleccionaba cuales responder», recordó Hanna, quien además destacó que «tenía la idea fija en los gatos», a quienes definió como sus «hijos».
«En esa entrevista no actuó como gato, no maulló», aseguró la psiquiatra, quien dijo que «mencionó a sus hermanos y destacó a su madre como la única que lo ayudó».
«Como pudo tener un brote psicótico antes, lo puede tener ahora o en otro momento», respondió la profesional al ser preguntada por la defensa si es posible que Pereg vuelva a tener una reacción violenta.
«Si yo fuese Pereg preferiría estar en el hospital El Sauce que en la cárcel», concluyó al ser preguntada sobre si el acusado debe estar internado o no.
Las israelíes fueron vistas con vida por última vez el 12 de enero de 2019 en la casa del acusado, situada en la calle Roca al 6000, de Guaymallén, y 14 días después la Policía Científica encontró sus cuerpos mutilados y tapados con piedras y tierra en un sector del mismo predio.
Ambas fueron denunciadas como desaparecidas por Pereg, quien durante los 14 días previos a los hallazgos participó de la búsqueda.
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