Las campañas presidenciales estadounidenses usaron este año toda su artillería para ganarse a estos sectores, que tanto en 2008 como en 2016 fueron centrales.
En la victoria de 2008 de Barack Obama el voto joven y de la minoría negra fueron centrales; en 2016, los trabajadores y trabajadoras sin educación universitaria le dieron triunfos clave a Donald Trump, y ahora, en 2020, con una participación que podría ser récord, las campañas presidenciales de Estados Unidos usaron toda su artillería para ganarse a estos sectores.
Votantes Millenials
Un segmento de la población que quedó en la boca de todos cuando la excandidata demócrata Hillary Clinton perdió hace cuatro años, tras una masiva movilización durante las elecciones primarias a favor de su rival, el veterano senador Bernie Sanders, fueron los jóvenes de entre 18 y 29 años.
Este segmento tuvo solo dos picos de participación desde que la edad legal para votar se bajó de 21 a 18 años en 1972: en 1992, un 52% sufragó y ayudó a elegir por primera vez al demócrata Bill Clinton; y en 2008, cuando un 51% se movilizó por Obama. En 2016, la participación de este sector cayó a un 46%, según datos del Centro de Información e Investigación sobre Aprendizaje y Participación Civil (Circle, por sus siglas en inglés).
En muchos estados, incluso muchos clave, los jóvenes ya superaron sus números de votación anticipada en 2016.
«Hay 88 millones de millenials (nacidos entre 1981 y 1994) y generación z (nacidos entre 1994 y 2010) y son la generación más diversa, étnica y racialmente de la historia de Estados Unidos. También es la más educada, aunque por eso enfrenta muchas dificultades económicas», explicó la profesora Elizabeth Matto del Centro para la Participación Política de la Juventud en el Instituto de Política Eagleton de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey.
«En los últimos seis meses, los jóvenes vieron de manera directa y dramática cómo las decisiones de las autoridades afectan su vida, tanto por la pandemia como con la crisis económica»ELIZABETH MATTO
Para la académica, esta generación de jóvenes tiene una tendencia a identificarse mayoritariamente como progresista, aunque no responde a los llamados de lealtad partidaria como sus padres y abuelos, como demostró la derrota de Hillary Clinton. Pese a que este año los jóvenes volvieron a apoyar masivamente a la campaña fallida de Sanders, Matto cree que la historia no se repetirá.
«Sospecho que no será el caso este año porque este electorado ya tiene más experiencia. Además, en los últimos seis meses, los jóvenes vieron de manera directa y dramática cómo las decisiones de las autoridades afectan su vida, tanto por la pandemia como con la crisis económica», sostuvo la profesora, quien destacó especialmente tres subgrupos.
«Son la generación más diversa, étnica y racialmente, y también la más educada, aunque por eso enfrenta muchas dificultades económicas»ELIZABETH MATTO
«Las jóvenes negras suelen tener una participación muy alta, vimos un aumento en los últimos años entre las jóvenes latinas y, según los últimos estudios, vemos que podría haber un crecimiento importante a favor de (el candidato opositor, Joe) Biden de los jóvenes latinos», afirmó.
La minoría negra
El otro segmento que no respondió completamente a los llamados de lealtad partidaria en 2016 a favor de Clinton fue la minoría negra, históricamente uno de los sectores de la sociedad estadounidense con mayor participar electoral.
Para Biden, este voto es clave ya que, como destacó el doctor y profesor emérito de Ciencia Política de la Universidad Howard, en Washington, Lorenzo Morris, «ningún demócrata ganó el voto blanco desde Lyndon Johnson (en 1964) y Obama hubiera perdido sin el voto negro en 2012».
«El movimiento Black Lives Matter está generando conciencia de participar a lo largo de las comunidades negras, hispanas y de otras minorías»LORENZO MORRIS
Después de un crecimiento sostenido en la participación, el llamado voto negro cayó más de cinco porcentuales entre las elecciones legislativas de medio mandato de 2012 y la presidencial de 2016. Pero, según un reciente estudio del Centro de Investigación Pew, uno de los más respetados del país, las posiciones sobre el tema racial se polarización mucho más en estos cuatro años.
El 80% de los votantes creen que Trump tiene prejuicios raciales.
«Hay encuestas que dicen que el 80% de los votantes creen que Trump tiene prejuicios raciales y, aunque Biden no emociona a todos, su vínculo con Obama le genera una imagen favorable», explicó Morris.
«Además, el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) también está generando conciencia de participar a lo largo de las comunidades negras, hispanas y de otras minorías», agregó el profesor.
Sector obrero sinformación universitaria
Tras 2016, la mayoría de los analistas coincidieron en que el empujón final que necesitó Trump para ganar la Presidencia se lo dieron sectores de trabajadores blancos sin formación universitaria, especialmente en el antiguo y deprimido cordón industrial del noreste del país, en donde la recuperación económica del Gobierno de Obama no le llegó a todos.
En general, los análisis se centraron en los hombres blancos y trabajadores sin formación universitaria que históricamente habían estado sindicalizados y pertenecían a la base electoral demócrata, aún muy ligada a los sindicatos, pese a su pérdida de poder.
La mayoría de los analistas coincidieron en que el empujón final que necesitó Trump para ganar la Presidencia se lo dieron sectores de trabajadores blancos sin formación universitaria.
Este sector, nuevamente, se vio muy golpeado este año con la crisis económica que desató la pandemia de coronavirus, la peor desde la Gran Depresión, según analistas.
Y, mientras ambas campañas presidenciales se esfuerzan por conseguir el apoyo de este sector obrero, la profesora de Ciencia Política y directora del Centro Rooney para el Estudio de la Democracia Estados Unidos, la doctora Christina Wolbrecht, sugirió que los candidatos se enfoquen con el mismo interés en las mujeres blancas, trabajadoras y sin formación universitaria.
Según datos de su centro, en 2016, entre los blancos sin formación universitaria que votaron al Partido Republicano, la participación de las mujeres creció más que la de los hombres.
Mujeres con educación universitaria
Por el contrario, las mujeres con educación universitaria mantuvieron su tendencia sostenida de los últimos 15 años de apoyar mayoritariamente al Partido Demócrata.
«Todo lo que dijo Trump sobre los suburbios y cómo defenderlos tiene que ver con una estrategia más amplia para volver a ganarse el apoyo de la mujer blanca con educación universitaria»CHRISTINA WOLBRECHT
Para Wolbrecht esta tendencia se explica por la posición que asumieron los demócratas frente a algunos de los temas prioritarios para muchas mujeres y que «casualmente responden a los sectores que emplean mayoritariamente mujeres»: más estado de bienestar, educación y derechos reproductivos.
Pese a ello, Trump no perdió la esperanza de recuperar parte de este segmento que en décadas pasadas supo ser más conservador.
«Todo lo que dijo Trump sobre los suburbios y cómo defenderlos tiene que ver con una estrategia más amplia para volver a ganarse el apoyo de la mujer blanca con educación universitaria», explicó la profesora
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