Los industriales apoyan el pago extraordinario, pero reclaman que exista una diferencia entre rentabilidad e inversión financiera en relación con el mantenimiento o la actualización tecnológica de la capacidad instalada. Alertan que afectará al mercado laboral
Los industriales se alinearon con el pago del impuesto a las grandes fortunas ante un escenario de crisis económica inédita alentada por la pandemia mundial, pero reclamaron que exista una reconsideración en el proyecto que busca gravar a la riqueza: distinguir entre inversión financiera de la productiva. En la UIA existe un consenso: la iniciativa, tal como está presentada, desalentará la inversión y castigará a las fábricas que apostaron por sostener las empresas y los puestos de trabajo en medio de la recesión.
En declaraciones a No Pasa Nada, por FM Concepto, Rodríguez dijo que el proyecto que analiza el Congreso «no hace la diferencia entre el patrimonio formado por el capital productivo, que son los fierros, las máquinas y el capital tecnológico, con respecto al capital financiera».
«Se está gravando la inversión para producir y generar empleo. Eso nunca ha pasado», se alarmó uno de los dueños de la empresa Sinteplast, quien sin embargo aclaró: «No discuto que me graven o me tomen impuesto sobre mi rentabilidad».
Rodríguez dijo que la inclusión en el impuesto es un «castigo» a la inversión productiva que se hizo para crecer y generar empleo. «Eso es muy terrible porque me desincentiva para que yo pueda seguir invirtiendo», se lamentó. Al mismo tiempo, dijo: «Hay empresas que tuvieron dos años de pérdida en los balances y para poder sostener la empresa y los empleados, vendieron activos personales y lo pusieron en la empresa. Ahora esas empresas tienen que pagar este impuesto porque sus activos superan lo que dicen la futura ley».