La misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegará a la Argentina el próximo martes, cuando el Gobierno está por cumplir con un objetivo clave de política económica para negociar el nuevo acuerdo bilateral, ya que todo indica que el próximo jueves el Presupuesto 2021 será convertido en ley.
El proyecto de Presupuesto 2021 logró esta semana dictamen favorable para ser tratado en el Senado el próximo jueves, cuando ya cuenta con media sanción de Diputados, y cuando la oposición dejó trascender que no interferirá para que el oficialismo logre su cometido.
La nueva misión del Fondo que será encabezada por los funcionarios Julie Kozack y Luis Cubeddu, arribará al país apenas dos días antes de este evento en el Congreso, el martes 10 de noviembre, para «iniciar negociaciones formales con las autoridades argentinas sobre un nuevo programa del FMI para apoyar el plan económico del gobierno», informó el organismo multilateral.
Así lo confirmó ayer un vocero del FMI a los medios de prensa, en un contacto en el que precisó que en esta oportunidad el diálogo se centrará en la agenda fiscal, monetaria y estructural de las autoridades para el mediano plazo, con el objetivo de anclar la estabilidad macroeconómica y sentar las bases para un crecimiento inclusivo y sostenible.
«No hay fechas establecidas para finalizar las negociaciones», indicó la misma fuente del FMI respecto de la extensión que tendrá la misión, que se reunirá con autoridades nacionales, especialistas y dirigentes políticos, entre otros.
Por último, la fuente subrayó que «nuestro objetivo sigue siendo apoyar al pueblo argentino a superar los complejos desafíos socioeconómicos que enfrenta el país, y sentar las bases para una economía más estable y un futuro más próspero».
Kozack y Cubeddu ya visitaron la Argentina a principios de octubre último, y en aquella oportunidad la misión concluyó que «el personal técnico acogió con satisfacción el compromiso de las autoridades con las políticas para asegurar una consolidación fiscal favorable al crecimiento y al mismo tiempo proteger a los más vulnerables».
Se trató de una primera visita exploratoria de la situación económica y social en la Argentina, atravesada al igual que el resto del mundo por la pandemia de coronavirus, tras el pedido del Gobierno de renegociar unprograma de financiamiento con el organismo por la deuda de US$ 43.900 millones generada entre los años 2018 y 2019.
Luego de haber completado casi una semana en el país, la delegación constató en dicha oportunidad que la Argentina enfrenta «complejas dificultades económicas y sociales, en el contexto de una crisis de salud sin precedentes» a causa de la pandemia.
Advirtió también que la «profunda recesión» provocó elevados niveles de pobreza y desempleo, «cuyos efectos se ven agravados por importantes presiones en el mercado cambiario», según un comunicado emitido por el organismo a modo de balance de la visita.
Los funcionarios del FMI obtuvieron «una comprensión más profunda de los planes políticos de las autoridades para estabilizar la economía y ponerla en una senda de crecimiento más sostenible e inclusivo», agregó el parte de prensa.
Días después, al dar a conocer el reporte semestral de perspectivas Económicas, WEO, presentado durante la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial realizada a mediados de octubre, el organismo proyectó que la economía argentina cerrará 2020 con una caída de 11,8%, mientras que para 2021 estiman una recuperación de 4,9%.
La misión de octubre
En octubre, los directivos del Fondo se reunieron con el ministro de Economía, Martín Guzmán; el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce; el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, Gustavo Béliz; el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; el titular de la cartera de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y la vicejefa de Gabinete, Cecília Todesca Bocco; entre otros funcionarios.
Durante su estadía en el país, los enviados del FMI analizaron las cuentas públicas, las demandas del sector privado y el dañado entramado social tras varios años de caída de la actividad económica y el efecto de la actual pandemia; y escucharon a dirigentes de la oposición, a representantes del sector privado, de los sindicatos y a economistas, entre otros actores de la sociedad civil.
«Argentina enfrenta complejas dificultades económicas y sociales, en el contexto de una crisis de salud sin precedentes. La profunda recesión ha provocado un aumento de los ya elevados niveles de pobreza y desempleo, cuyos efectos se ven agravados por importantes presiones en el mercado cambiario. Estos son desafíos excepcionalmente difíciles sin soluciones fáciles. Un conjunto completo de políticas podría respaldar el restablecimiento de la confianza, pero deberá calibrarse con mucho cuidado para promover la recuperación y asegurar la estabilidad macroeconómica», se explayaron Kozack y Cubbedu en su reporte público, una vez concluida la misión.
Como parte del resultado de las deliberaciones con el Fondo y de la situación de inestabilidad macroeconómica que padeció el país en la últimas semanas, se conoció que el Gobierno podría terminar solicitando fondos adicionales de los necesarios para refinanciar los 43.900 millones de dólares de deuda heredada del macrismo.
El representante argentino y del Cono Sur ante el FMI, Sergio Chodos, no descartó -en declaraciones radiales está semana- dicha posibilidad, si bien aclaró que el principal objetivo del Gobierno argentino sigue siendo alcanzar un programa para refinanciar la deuda con el organismo multilateral.
Al ser consultado sobre la posibilidad de que el programa también contemple el desembolso de nuevos fondos, el funcionario sostuvo que «no es el escenario base, pero existe la posibilidad de que pueda suceder».
Debe estar conectado para enviar un comentario.