Vecinos de Formosa al 2100 volvieron a alzar sus voces luego de que el agua entrara en sus propiedades. Los frentistas de Reynoso al 2400 tuvieron inconvenientes con la calle y aseguran que la obra de asfalto, que se hizo dos veces, está mal ejecutada.
Las precipitaciones de los últimos días y de ayer reavivaron el reclamo de vecinos que sufren las inclemencias climáticas a la par de las obras mal ejecutadas por el Municipio.
Por un lado, están los frentistas de Formosa al 2100, donde hace algunos años el Municipio realizó la tan reclamada obra de asfalto, pero resultó que después de ejecutada, los problemas de inundaciones y el anegamiento de la arteria se agravaron.
Héctor Daniel Nacaratti, uno de los vecinos, contó que “fue terrible el otro día cuando cayeron cerca de 90 milímetros, a todos se nos inundaron las casas. Pensamos que iban a pasar a limpiar, pero seguimos en este barrial”.
“El problema este está desde siempre, por más que hayan hecho el asfalto, cada vez que llueve, tenemos inconvenientes”, sostuvo.
Y expuso que “la otra vez que llovieron entre 80 y 90 milímetros fue un desastre, de mitad de cuadra hasta Azucena, a la mayoría de los vecinos se le filtró el agua adentro de las casas. A su vez, el agua era un chocolate porque viene de todas las otras calles”.about:blank
“Una mugre bastante importante para sacar de adentro de las casas. Yo limpié el cordón, hice una lomita para que el agua circule y vaya para las bocas de tormenta”, explicó.
A su vez, añadió que “en ese momento pensamos que iban a venir a limpiar las bocas de tormenta, que por lo general vienen con un camión, una manguera y empiezan a limpiar las bocas. Pero nunca pasó eso, ni siquiera pasaron con una palita a limpiar la calle, que es un chiquero, un barrial”.
Una odisea
La odisea que viven los vecinos de Formosa al 2100 parece nunca acabar. Tras años de pedir que asfaltaran la calle porque se inundaba, lograron que la obra se realizara. Pero resulta que ahora se inunda más que antes porque cada vez que llueve las bocas de tormenta colapsan y se inunda por completo. A punto tal que muchas veces entra agua a las viviendas y los vehículos.
Los vecinos vienen planteando esta problemática hace años. Primero cuando era calle de tierra y luego con el asfalto. Uno de ellos expresó en una oportunidad a este medio que “gastaron tanto dinero para hacer la obra de asfalto, cuya ejecución llevó casi un año pero ahora estamos peor que antes”.
Y lamentó que “no nos queda nada más que seguir quejándonos y aguantar que nos siga entrando agua a las casas, que se nos llene de mugre el patio, toda el agua que entra hace como una laguna”.
En el verano, incluso Héctor Nacaratti salió en kayak de su casa para visibilizar la problemática.
En Reynoso al 2400
Más trastornos surgieron en Reynoso al 2400, donde la obra de asfalto tuvo que rehacerse porque provocaba inundaciones y sin embargo, sigue generando problemas.
Pedro, uno de los frentistas, explicó que “todo el barro quedó en la puerta de mi casa, en el cordón, lo estuve sacando yo con la pala, porque llamé a Claudio Fuente y no vino”.
“Dos veces hicieron el asfalto y un desastre es; no tiene caída, todo el barro se acumula en la puerta de mi casa, como un metro de barro en el cordón, porque no le hicieron caída. El agua no va para el lado de la ruta, se queda en mi casa, es un asco, tengo mucha bronca”, expresó.
Y contó que “cada vez que llueve pasa esto, baja el agua por Santiago del Estero y baja todo el barro y se queda ahí, no tiene salida. Yo les había dicho que eso iba a quedar mal, y no me hicieron caso, gastaron plata, dos veces hicieron el asfalto nuevo y quedó sin salida el agua. Llené medio camión de tierra, llamé a Vialidad, a todos lados y nadie da respuesta, es un asco vivir ahí, hubiese preferido que quedara la calle de tierra”.
Cabe recordar que en junio del año pasado los frentistas padecieron una verdadera odisea cuando entró agua en las casas, generando pérdidas de muebles, electrodomésticos, colchones, herramientas eléctricas y todo tipo de objetos. Uno de los vecinos sufrió la muerte de su perro electrocutado, al tocar una puerta que tomó corriente al entrar en contacto con el lavarropas, que estaba sumergido en agua.
Esa inundación fue la gota que rebalsó el vaso, porque desde que se terminó la obra de pavimentación de la avenida Américo Reynoso comenzaron a sufrir esa problemática. En ese momento, los frentistas exigieron respuestas del Municipio porque antes de que se realizara la obra de asfalto no sucedía.
Luego, el exsecretario de Planeamiento y Obras Públicas, Roberto Guadagna, admitió que se trató de una obra provincial de pavimento mal ejecutada, que generó una “olla” y provocó los desbordamientos. Después de eso, el Municipio dio inicio a algunas tareas para intentar subsanar la situación. Sin embargo, los trastornos siguen sucediendo.
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